Perfecto... y... ¿entonces para que quieres que exista Dios?
Vamos, reconoce que cualquier creencia religiosa ha sido sacada de la manga. En teoría se saca de la manga con algún propósito, buscando algún beneficio.
Dios no te va a ayudar en nada. Los problemas de nuestras vidas y de la humanidad en general son causados y son resueltos por nosotros mismos. No hay intervención de ningún ser divino...
¿Entonces, qué te puede importar la existencia o no de cierta deidad?
Ok, cierto, falta el tan temido tema de la muerte... así que es eso, ¿sólo por miedo a la muerte vale la pena sacárselo de la manga? Y claro, como no se puede demostrar que no vas a ir al paraíso con 7 vírgenes si crees al morir...
Mira, yo creo, ahora seriamente, que si no existieran las religiones el ser humano se enfocaría mejor en las cosas. Evidentemente ha hecho mucho daño en el pasado y lo sigue haciendo en países donde reina la ignorancia. Esto lo aprovechan muchos desvergonzados para manipular a la masas.
De todas formas, si tienes un PC y estás conectado a internet es posible que ese no sea el problema de la sociedad en la que vives, así que te diré en qué nos afectan a nosotros las creencias infundadas.
En primer lugar, afectan al pensamiento crítico y a la forma de concebir nuestra realidad. Sin religión seríamos más conscientes de lo que nos rodea y podríamos ver con más imparcialidad.
Esto que digo no es una tontería. La religión te exige que creas en una serie de cosas sin tener motivos para creer, es más, sin saber en absoluto de dónde proceden y por qué hay que dotarlos de una mayor importancia jerárquica en relación con otras creencias. Y esto nos lleva a lo siguiente:
La religión separa. Un religioso está tan convencido de sus propias creencias que cree que todas las demás son patrañas, y por si fuera poco sugiere que son patrañas impuestas por el, si lo hubiere, antagonista de su religión (Satanás en el cristianismo). Esto crea odio, evidentemente.
Pero es sólo el principio, porque estamos sólo deslizándonos por encima de la superficie de las creencias, y es que si nos zambullimos vemos que los conflictos reales se crean por las diferencias entre lo que se considera bien visto en una liturgia y en la otra.
Así, puede que una religión obligue justamente a lo que otra prohibe.
Por supuesto, todas estas cosas no tienen ninguna razón de ser ni nada que las sustente. Simples estupideces que, como no existe suficiente pensamiento crítico, se han impuesto entre los creyentes. Como ves, todo está relacionado.
Y podemos seguir, con un nuevo problema suscitado por la religión. Este es más a nivel personal, y se trata de precisamente cómo ves tu propia vida.
Tú no vives para ningún dios. Nadie te puso aquí y nadie espera nada de ti, al igual que tú no le debes nada a nadie nada más nacer.
Cuando uno es consciente de que la muerte significa el fin de su vida, decir que decide vivir al límite y disfrutar es muy clásico, y no siempre se da una diferencia significativa, aunque a veces sí, como en el caso de las pobres monjas que deciden encerrarse en un convento para dar su vida por un ser imaginario.
Pero no, no voy a ser tan genérico. Lo que prefiero decir es que cuando uno está preparado para afrontar su propia muerte (y para esto hay que ser consciente de lo que ese concepto representa), es capaz de guiar mejor su vida. Como dije en el primer punto, percibe las cosas con más objetividad, y entre otras cosas aprende a ser independiente y a valerse por sí mismo.
Sin dios no te sientes sólo, sino que te sientes humano. SABES que eres humano, y sabes lo que eso significa. Para hacerte compañía tienes a miles de millones de personas que están en tu misma condición humana.
Sin dios no te vuelves malo, ni tampoco bueno. Si crees en un dios y haces malas acciones, tienes que rezarle y pedirle que te perdone. Si no crees en ningún dios, no hay nadie para perdonarte, y todas tus malas acciones se guardan en tu consciencia. Eres más humano, eres más consciente de que lo que tú haces puede perjudicar la vida de otras personas y eres más consciente del significado de la vida que perjudicas.
Está más que demostrado que los países con menor tasa de religiosidad son los países donde menos crímenes se cometen. Y si alguien no se lo cree, que investigue.
Sin dios no le temes a la muerte, sino que aprendes a aceptarla y a sacar partido de ella durante tu vida.
Amigos, en serio, pequen sanamiente siempre respetando los derechos de los demás. Vida tenéis esta, no os perjudiquéis y no la desperdiciéis alabando a amigos imaginarios sacados de textos tan fiables como la ciencia ficción.