La presentación de las especificaciones definitivas de PS5 nos aclaró muchas cosas, pero también nos dejó con muchas dudas importantes. Una de ellas es el tema de la tecnología SMT, y es que no sabemos si el procesador Zen 2 de dicha consola podrá manejar 8 núcleos y 16 hilos como el de Xbox Series X, o si por el contrario estará limitado a 8 núcleos y 8 hilos.
Ahí no acaba la cosa. Sony habló de una GPU RDNA 2 de AMD con 36 CUs y destacó una frecuencia dinámica de 2,23 GHz, pero no dijo nada sobre a qué velocidad podría trabajar dicho núcleo gráfico de forma sostenida en «el peor escenario posible». Me explico, la velocidad de la GPU escalará en función de las temperaturas y de la carga de la CPU, lo que significa que en juegos que dependan mucho de la primera la GPU tendrá que bajar sus frecuencias para no comprometer la estabilidad del sistema.
Eso supone un compromiso claro y nos lleva a dudar de su potencia real, y también complica las cosas a los desarrolladores, que tendrán que tomar decisiones complicadas a la hora de programar juegos para PS5. Con todo, la optimización y el SSD de alto rendimiento contribuirán a paliar algunas de esas limitaciones.