Aviones no identificados atacan posiciones de los talibanes en Panjshir
Tras el anuncio talibán de la conquista de Panjshir varios medios de comunicación han señalado la posible participación de otros actores en los enfrentamientos de la región. Inicialmente varios informes apuntaron a Pakistán, que habría enviado más de 20 helicópteros y unidades especiales a Panjshir para luchar contra el Frente Nacional de Resistencia (FNR). Posteriormente, medios iraníes y afganos aseguran que algunas posiciones de los talibanes fueron atacadas por aviones no identificados.
La página web persa Saham News sugiere que drones iraníes podrían estar detrás de los bombardeos contra los talibanes en la provincia afgana. Irán condenó la “interferencia extranjera” en Afganistán, haciendo referencia a las acciones desarrolladas por Islamabad en Panjshir. Asimismo, también criticó la ofensiva talibán sobre la resistencia afgana. Las relaciones entre Teherán y los talibanes han sido tensas debido a la persecución que sufren los chiíes por parte del movimiento. Desde que los insurgentes tomaron el poder a mediados de agosto las minorías chiíes como los hazaras han denunciado amenazas y asesinatos.
No obstante, Saham News no descarta “la posibilidad de que los aviones que atacaron a los talibanes fueran estadounidenses”.
El FNR, por su parte, declaró que los bombardeos fueron llevados a cabo por pilotos de la Fuerza Aérea afgana que anteriormente se habían desplazado a Uzbekistán y Tayikistán. Durante la ofensiva talibán en agosto, decenas de militares afganos cruzaron las fronteras con estos países tras las victorias de los insurgentes en las zonas limítrofes.
El 16 de agosto, por ejemplo, hasta 100 soldados afganos aterrizaron en Tayikistán después de que las autoridades del país permitieran su entrada. Antes de la caída de Kabul, casi 600 militares volaron a Uzbekistán a bordo de 22 aviones militares y 24 helicópteros junto con sus familias. Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense aseguró que todos ellos se encontraban “seguros” y estaban siendo alojados por las autoridades uzbekas.
Panjshir no se rinde
A pesar de que los talibanes hayan proclamado la victoria sobre Panjshir, llegando incluso a izar la bandera blanca del Emirato en la oficina del gobernador provincial, Ahmad Massoud ha asegurado que “la resistencia continúa” y ha llamado a un levantamiento nacional contra los talibanes. La resistencia estaría formada aproximadamente por hasta 10.000 combatientes, entre ellos se encuentran miembros de milicias locales y exsoldados del Ejército afgano, y de acuerdo con fotos publicadas recientemente, se encuentran bien entrenados.
Massoud también ha cargado contra Pakistán, declarando que las fuerzas extranjeras “han estado del lado de los talibanes contra el pueblo afgano durante mucho tiempo”. En una de las acciones llevadas a cabo por Pakistán falleció el portavoz del FNR, Fahim Dashti, después de un ataque contra su coche personal. Sin embargo, el objetivo de esta operación era Massoud, que no se encontraba en esos momentos en el vehículo, según informa la agencia iraní Fars News. Fuentes de la resistencia aseguraron también que los algunos pilotos paquistaníes usaron aviones militares estadounidenses adquiridos por los talibanes después de la retirada de tropas.
Protestas en Afganistán contra Pakistán
Al grito de “Viva el Frente de Resistencia” y “Muerte a Pakistán”, decenas de personas han salido a las calles de diferentes ciudades afganas para denunciar la interferencia paquistaní en el país. Vídeos en redes sociales muestran a manifestantes en Kabul, Mazar-e-Sharif o Herat marchando con pancartas y banderas afganas e incluso encarándose con talibanes armados. No es la primera ola de protesta que enfrenta el nuevo régimen afgano. Decenas de mujeres se han manifestado también en los últimos días para exigir la defensa de sus derechos, algunas de ellas fueron golpeadas por combatientes talibanes.
La reciente intervención paquistaní en Panjshir, unido a la tradicional relación entre Islamabad y los talibanes, se ha visto como una “ocupación” entre la sociedad afgana. Asimismo, la reciente visita del jefe del servicio secreto paquistaní (ISI) a Kabul podría ser una señal de la gran influencia que tendrá Pakistán en el nuevo Gobierno afgano y, por lo tanto, en todo el país.