La misoginia en las fuerzas armadas de Estados Unidos, llevada al extremo de la agresión sexual a mujeres en el seno del ejército, se convirtió hace pocos meses en una cuestión de Estado que obligó a hablar a Obama, después de que el Pentágono presentase un informe demoledor. En 2012, se produjeron 26.000 agresiones, con un aumento del 35% desde 2010. Salen a una media de 70 al día, aunque la mayoría no se denuncian.
"Traicionan al uniforme que visten", dijo Obama. A quienes no parece que vayan a traicionar los militares norteamericanos es a los robots de guerra que les acompañan en algunas misiones. A ellos, les aman. Tanto es así, que se está produciendo un fenómeno antropológico de lo más interesante.
Tradicionalmente, la ciencia ficción se había imaginado el futuro de las relaciones entre humanos y robots como una distopía radical donde los unos se odian a los otros, tendiendo hacia una voluntad de destrucción mutua, como en el caso de Matrix, Sueñan los androides con ovejas eléctricas o El Hombre Bicentenario.
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