Los procesadores se basan en tres métricas para medir su rendimiento distintas: el área que ocupan, la velocidad que alcanzan a la hora ejecutar instrucciones y el consumo energético. Dos de estos parámetros, consumo y área, son limitaciones al diseño de cualquier procesador que se precie incluida una GPU, especialmente en cuanto al consumo, ya que no es lo mismo diseñar para un dispositivo que consume 5 W que uno que consume 100 W, lo que lleva a diseños diferentes. En esta entrada os vamos a hablar del rendimiento por vatio, el cual mide la potencia de un procesador bajo un consumo energético concreto.