Desde el antediluviano 486 de Intel que las cachés están en las CPUs de nuestros PC. Las hemos visto de diferentes capacidades, organizaciones y capacidades y son clave para el buen rendimiento de un procesador contemporáneo, hasta el punto en que son una pieza indispensable dentro de los mismos. Pero estas vienen en pequeñas cantidades, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿qué es lo que limita a los fabricantes colocar un tamaño de la cache más grandes en sus procesadores?
Si uno mira en el mercado de las CPUs para alto rendimiento entonces verá la gama de procesadores POWER de IBM que durante años han utilizado ingentes cantidades de memoria DRAM como caché, como el POWER9 con 120 MB de caché L3.