Estos programas pueden ralentizar el móvil y cosechar datos del usuario
Samsung se ha visto envuelta en una polémica los pasados días a cuenta de una realidad: los compradores de algunos de sus smartphone estrella se han encontrado con que no pueden eliminar la app de Facebook que llega preinstalada en el móvil. La controversia no es sino la punta del iceberg de una práctica muy extendida en el ecosistema Android, mediante la cual algunos fabricantes instalan en sus móviles determinadas aplicaciones de forma nativa, un acuerdo en el que cual los desarrolladores ganan visibilidad y las marcas obtienen unos ingresos extra. Se trata de una práctica antipática y perjudicial para el usuario, ya que ve los recursos de su dispositivo mermados debido a una o varias apps que no necesita, y de las que, como veremos, no resulta fácil deshacerse.
Este fenómeno es conocido coloquialmente como crapware o bloatware y se trata de una de las peores herencias recibidas del mundo de los ordenadores. El hecho de que sea precisamente la aplicación de Facebook la que no pueda eliminarse de un Galaxy S8 ha suscitado un debate por partida doble: en primer lugar, porque la red social de Mark Zuckerberg está en el ojo del huracán debido a las constantes fugas de datos de sus usuarios, y en segundo lugar ¿debe asumir el comprador de un móvil premium la imposición de aplicaciones que no desea?
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