El GPS se ha convertido en un instrumento imprescindible en los más de 35 años que lleva abierto a la población civil. Gracias a él, podemos ir a cualquier parte del mundo con la certeza de que no vamos a perdernos. Sin embargo, el GPS tiene muchas utilidades más allá de posicionarnos, y van más allá de posicionarnos con márgenes de error menos a un metro.
Actualmente hay decenas de satélites que envían su señal a la superficie de la Tierra. Nuestro móvil necesita la señal de al menos tres satélites para realizar la triangulación de nuestra posición al poner en común las zonas en las que cree que podemos estar. Cuantos más satélites hay, más preciso el posicionamiento con precisiones de hasta unos pocos centímetros en el caso de Galileo.