85 kilómetros ocupados por conspiraciones, susurros, condenas, silencios... secretos. Una pequeñísima parte de los más de 1.000 años de historia guardados con todo el mimo y bajo la más estricta seguridad debajo de la Ciudad del Vaticano quedarán desde hoy y hasta el 9 septiembre al descubierto.
De los 150.000 documentos que se esconden detrás de miles de estanterías sólo algo más de cien podrán ser consultados en la exposición 'Lux in arcana' (Luz sobre el misterio).
Difícil es saber cuál de todos los documentos expuestos produce más interés: el pergamino con todo lo referente al juicio a la Orden de los Templarios; la amenaza de Enrique VIII al Papa Clemente VII que luego acabó en el cisma anglicano; la abjuración de Galileo Galilei o la excomunión de Lutero.
Son pocos (teniendo en cuenta los muchos que hay), pero suponen un auténtico regalo para la historia. Los visitantes podrán recrearse con el pergamino de 60 metros que contiene la confesión que los templarios realizaron a los enviados de Clemente V en el castillo de Chinon.
Aunque la existencia de dicho documento es ya conocida, el pergamino desvela ahora que el Pontífice estuvo a punto de absolver al Gran Maestre de la Orden, Jacques de Molay, y a otros líderes que llevaban en ella desde la adolescencia.
Ninguno aceptó la culpabilidad en su totalidad, pero todos ellos admitieron la negación de Cristo, escupir sobre el crucifijo, la incitación a la sodomía y la adoración a un ídolo. Sin embargo, como todos abjuraron del cargo de herejía fueron recogidos de nuevo bajo la protección del Papa.
Clemente V intentó por todos los medios retrasar con arduas investigaciones el juicio a los templarios, pero la presión del monarca Felipe 'el hermoso' pudo más que las buenas intenciones del Pontífice con la Orden y el 3 de abril de 1312 publicó la bula 'Vox in Excelso' donde la Orden del Temple quedó prohibida para siempre.
Pero, los templarios no son los únicos protagonistas. También se puede leer una de las cartas que la reina María Antonieta escribió en la cárcel antes de ser decapitada: "Los sentimientos de quienes participan en mi dolor, mi querido hermano, es el único consuelo que podría recibir en esta ocasión...".
El 15 de junio de 1520 el papa León X publicó la bula excomunión a Lutero titulada Exsurge Domine. El documento que el Vaticano ha decidido sacar a la luz tiene mayor relevancia ya que es el único que existe porque la copia enviada a Lutero fue directamente tirada a las llamas por el reformista. Las 95 tesis del que fuera sacerdote católico denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia le costaron su excomunión y precipitó la Reforma protestante.
Bulas papales, cartas de Miguel Ángel pidiendo al Papa subvenciones ante sus problemas económicos, la concesión por parte de Alejandro VI del control de las tierras descubiertas por Colón a los Reyes Católicos...
Incluso la última carta que María Estuardo envío antes de morir al Papa Sixto V en la que pedía perdón por sus pecados y los de su "Inglaterra y Escocia". De hecho, es la historia de Inglaterra la que más se ha descubierto con la revelación de estos documentos.
Y es que no sólo María Estuardo tiene su lugar entre los secretos vaticanos. También Enrique VIII y su amenaza de ruptura con la Iglesia Católica. La carta solicitando el divorcio de Catalina de Aragón para casarse con su amante Ana Bolena que el monarca 'obligó' a firmar a las autoridades más importantes de Inglaterra como el abad de Glastonbury, Richard Whiting.
"Los pareceres a favor del divorcio, expresados por los mayores expertos en materia de diversas universidades, deberían bastar al Papa para confirmar con la propia autoridad aquellas declaraciones", rezaba el documento para finalizar con la amenaza que abrió el paso para el cisma anglicano:
"Pero si no quisiera hacerlo -agregó-, ignorando las exigencias de los ingleses, estos se sentirían autorizados a resolver por sí mismos la cuestión y buscarían remedios en otros lados".
En definitiva, un pedacito de historia que desde hoy estará al alcance de todos.
FUENTE :http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/29/internacional/1330503678.html