HACE MÁS DE 5000 AÑOS
Existe una imagen un tanto perturbadora creada por los sumerios hace 5000 años. Como se sabe, los sumerios fueron una de las más antiguas civilizaciones humanas. Se asentaron en la baja Mesopotamia, fueron ávidos observadores de la naturaleza, y los primeros en desarrollar la escritura.
En cuanto a su visión del mundo, coincidieron frecuentemente con la de los egipcios, cuya cultura se desarrollaba no lejos de la suya. Ambas cosmologías imaginaban un mundo estático, donde los elementos predominantes eran el cielo y la tierra, circunvalados por el Sol y la Luna. Dentro de ese mundo, cada pueblo se pensaba como el centro de todo lo conocido, rodeado del caos de lo extranjero.
LA ASTRONOMÍA SUMERIA
Los sumerios, así como los mayas o los egipcios, eran grandes observadores del cielo. La regularidad del movimiento estelar era algo que todos registraban con respeto divino y estudiaban con curiosidad. Sin embargo, la formulación de teorías astronómicas sería algo propio de la ciencia moderna, a pesar de algunas excepciones. En general, la observación de los astros adquiría matices religiosos, o a veces sus anotaciones servían para la temporalización de la vida cotidiana.
Por eso no es de extrañar que los pueblos antiguos registraran muy bien los movimientos de objetos celestes como Júpiter o la Luna, pero que no desarrollaran la idea de que existían planetas rotando alrededor del Sol. Sólo observaban y usaban su sentido común, el cual les hablaba de una Tierra quieta, por cuyo cielo desfilaban estrellas de origen desconocido.
Por eso esta imagen resultó perturbadora para más de uno. En ella, como fondo de una escena, puede verse claramente una estrella con puntas rodeada de pequeñas esferas que rotan alrededor suyo.
Difícilmente haya una imagen más clara de lo que para nosotros es el Sistema Solar. No se aleja demasiado del dibujo que trazaríamos para explicarle rápidamente el sistema heliocéntrico a un niño. Eso no es todo, para algunos investigadores, las esferas parecen coincidir curiosamente en sus proporciones con los tamaños de los nueve planetas de nuestro sistema y sus satélites más importantes.
¿Sería posible que los sumerios hayan desarrollado la teoría heliocéntrica y conocido todos los planetas de nuestro sistema solar? La respuesta es no. Más allá de las limitaciones epistemológicas, las observaciones astronómicas sumerias registraban a los planetas que sólo podemos observar con nuestro ojo, lente incapaz de captar las señales de Neptuno, Urano, y Plutón.
Los sumerios sólo tenían conocimiento de aquello que se veía a simple vista en las noches despejadas. De esta manera, estrellas como Neptuno, Urano, y Plutón eran llamados “igigi” o “vigilantes”, siendo Venus la diosa Inanna. Por su parte, Nannar fue para ellos lo que para nosotros es la Luna. Asimismo y, para separar diferentes tipos de elementos, dividieron el espacio que se encontraba desde sus pies hasta el firmamento en 3 partes: La primera estaba bajo el dominio de Enki y representaba el suelo, la segunda simbolizaba el reino de An y simbolizaba el cielo, mientras que la tercera parte estaba bajo el control de Henil y alcanzaba ya el firmamento.
LA EXPLICACIÓN EXTRATERRESTRE
A pesar de que esto parece ser una prueba contundente para descartar que la imagen se refiera al Sistema Solar, no faltan los personajes que invocan la intervención extraterrestre en el asunto. Tal es el caso del autor ruso Zecharia Sitchin, quien sostuvo que la imagen fue inspirada por el conocimiento que sólo una raza alienígena podía tener, y que habría estado en contacto directo con los sumerios, quienes habrían transmitido, además, los principios de la agricultura, metalurgia, y escritura.
No es difícil tomar el ejemplo sumerio y usar el sentido común para explicar las cosas. La necesidad de recurrir a factores externos y fantasiosos para explicar un grabado en un sello de piedra es algo totalmente innecesario desde el punto de vista de la lógica (Navaja de Occam), y absurdo desde el sentido común. Sin embargo, la imagen no deja de ser una estrella rodeada de esferas de diferentes tamaños y órbitas, y su verdadera interpretación será por siempre un misterio.
LOS DIOSES SUMERIOS
De los Sumerios heredamos muchas pequeñas huellas de su paso por el mundo, sin embargo, cabe destacar que no llamaban la atención como los antiguos egipcios, ya que no extendieron sus monumentos ni levantaron imponentes obeliscos, descomunales esfinges ni majestuosas esculturas. Los descubrimientos arqueológicos nos dicen que observaban el cosmos a su manera y que adoraban a un grupo de Dioses muy limitado. Estos son:
Utu: Dios del Sol.
An (o Anu): Dios del cielo.
Nammu: La diosa-madre.
Inanna: La diosa del amor y de la guerra (equivalente a la diosa Ishtar de los acadios).
Enki: Dios de la beneficencia y del agua dulce de las profundidades bajo tierra.
Nanna: Dios luna en Ur.
Enlil: Dios del viento.
Nin.Mah: Dama Excelsa.
Nin.hur.sag: Dama de la cabeza de la montaña.
Para entender la presencia de los Dioses Sumerios en los hallazgos arqueológicos debemos antes conocer los símbolos con los que se representan. El panteón de los sumerios estaba encabezado por An “estrella”, cuyo signo se distinguía por ser una línea vertical que era atravesada por otras en horizontal y diagonal. Al Dios del Sol lo acompañaban sus hijos Henil y EnKi, que juntos formaban la deidad más poderosa.
LOS CRÁNEOS “EXTRATERRESTRES” DE SUMERIA
La relación de los sumerios con los “extraterrestres” comenzó desde el primer momento que se supo de esta antigua civilización. Los historiadores y entusiastas de los pueblos antiguos no daban crédito a algunos de los tesoros arqueológicos que estaban siendo hallados. Es interesante destacar el descubrimiento de los cráneos de Sumeria, cuyas calaveras eran inusualmente muy diferentes a las humanas. Los cráneos eran más alargados de lo esperado y representaban algunas deformidades. Incluso en el Oriente próximo se encontraron varias estatuillas de dioses sumerios cuyos cráneos son mucho mas alargados que los nuestros.
Estos cráneos no solamente fueron desenterrados en los asentamientos donde reinaron los sumerios, sino que también fueron descubiertos en lugares mucho más lejanos, como en Perú (se pueden ver en el Museo Arqueológico de Lima y en el museo de Ica). Además de tener forma de cono, los cráneos muestran unas dimensiones muy diferentes en las cuencas oculares, mas redondas y sobredimensionadas. Las opiniones bailan de un lado a otro; muchos creen que se trata de extraterrestres que murieron junto al pueblo Sumerio, mientras que otros argumentan que estas deformaciones se realizaban sobre antiguos rituales. Al parecer, en los ritos se utilizaban tablillas con cintas de cuero para presionar el cráneo de los niños, ya que aún eran pequeños y sus huesos estaban blandos, fáciles de amoldar a imagen de los Dioses.
EL EXTRAÑO LIBRO DEL DILUVIO DE SUMERIA
Los sumerios fueron una de las primeras civilizaciones en practicar la escritura y mostrar interés por el origen y destino no solo de su raza, sino de todos los elementos que les rodea.
En Oriente Próximo se ha encontrado un libro Sumerio llamado ‘El Poema de Gilgamesh‘, cuyas páginas son consideradas hoy las más antiguas de la historia. Aunque aun faltaban más de 3.000 años para el nacimiento de Cristo y, por consiguiente, la llegada de la primera Biblia, la historia de Gilgamesh tiene muchas similitudes con este último. Se trataba de una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, donde Gilgamesh (quinto Rey de Uruk) y su amigo Enkidu hablaban sobre la inmortalidad y la posible llegada de un diluvio a la Tierra. El libro fue escrito sobre tablillas de arcilla y escritura cuneiforme, lo cual favoreció su preservación hasta nuestros días.
Fuente: http://sobrehistoria.com/astronomia-sumeria-y-extraterrestres/