Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y fiel aliado de Putin, advirtió en junio que los cables submarinos, fundamentales para las comunicaciones globales, se habían convertido en un objetivo legítimo para Rusia debido a la creencia de que Occidente podría haber estado detrás de la explosión de Nord Stream 2, el gaseoducto que permite que el viaje llegue de Rusia a Alemania.
"Si partimos de la complicidad demostrada de los países occidentales en la voladura de los Nord Streams, entonces no nos quedan restricciones, ni siquiera morales, para impedirnos destruir las comunicaciones por cable del fondo oceánico de nuestros enemigos", defendió Medvedev en Telegram. Aunque, tal y como se demostró hace apenas unas semanas, el verdadero responsable detrás del sabotaje fue Ucrania.
Del mismo modo, en mayo, el jefe de inteligencia de la OTAN, David Cattler, afirmó que Rusia podría estar meditando realizar una ofensiva sobre los cables subterráneos como venganza del apoyo de Occidente a Ucrania. Cabe destacar que en caso de que los cables quedasen inutilizados los servicios de internet quedarían gravemente afectados, incluidas las transacciones financieras o las llamadas.
Tras estas amenazas y después de que un cable de telecomunicaciones que pasa por el mal Báltico en 2023 quedase daño en 2023, como resultado de "fuerza externa o manipulación", y de comprobar la actividad de los submarinos rusos, la OTAN decidió intensificar sus patrullas aéreas frente a la costa de Irlanda.
El GPS, también bajo foco rusoAdemás del internet, Rusia también ha buscado otras debilidades como los sistemas de navegación GPS, en un intento por impedir las rutas de las aerolíneas comerciales, algo que han logrado en más de una ocasión, como por ejemplo con los vuelos de Helsinki a Tartu, Estonia, los cuales estuvieron detenidos durante un mes en abril.
Tal y como destaca Melanie Garson, experta en seguridad internacional del University College de Londres, se trata de una campaña de la "zona gris" de Rusia contra Occidente, a través de acciones encubiertas. "Rusia ha estado desarrollando esta capacidad durante mucho tiempo y actualmente es una forma barata y efectiva de interferencia maliciosa en la zona gris", destacó Garson.