Y como los japoneses se anticipan a los demás, esto ya llegará aquí.

Es curioso que, los paises más desarrollados sean aquellos en los que hay más afectados por transtornos psiquiátricos.

Sociedades donde se supone que tienen todas las necesidades vitales cubiertas, más poser adquisitivo y más tiempo libre para el ocio.

Pero el problema posiblemente radique ahí. Me explico: se nos han enseñado desde pequeños contenidos en la escuela y en los estudios superiores, pero se nos ha enseñado a pensar por nosotros mismos, la crítica y la autocrítica, la reflexión y el cuestionamiento. Es mejor que no pensemos, que estemos distraidos, con actividades recreativas, con chats, redes sociales y demás distracciones a que leamos libros y periódicos, a que tengamos tiempo para aburrirnos, cuando el aburrimiento genera ideas.

Particularmente preocupante es la situación de los niños y los jóvenes. Acostumbrados a recibir todo aquello que desean y de forma inmediata, donde la frustración es casi inexistente. Crecen en un mundo en que en muchos casos sus padres suplen su presencia con regalos, donde el tiempo libre lo emplean en aprender más cosas (idiomas, música, etc) para ser más competitivos en el futuro. Niños a los que se les ha robado la infancia serán jóvenes inestables, inseguros y manipulables.

¿Y que ejemplo damos los adultos?
¿Acaso les preguntamos por sus sueños, por sus alegrías y sus penas, por sus deseos?
¿Les reprendemos cuando actuan mal, nos preocupamos por lo que hacen en su tiempo li¡bre o solo por las notas que sacan en los estudios?
¿Les animamos a leer y a pensar?
Nooo. En lugar de eso les regalamos móviles de última generación, para que nos dejen en paz y nosotros podamos jugar a videojuegos o chatear en la redes sociales.

Ven como sus padres viven vidas paralelas, cada uno a lo suyo.

¿Dónde han quedado las reuniones familiares con abuelos, tíos y primos en las que se hablaba de todo?

Este es el ejemplo que les damos.

Recomiendo la lectura de El vendedor de sueños de Augusto Cury.

Un saludo.