Aunque la compatibilidad siempre ha sido uno de los pilares fundamentales de Linux, últimamente cuesta mucho encontrar dicha compatibilidad. Sin ir más lejos, hay muchas distros, como, por ejemplo, Ubuntu y Linux Mint (entre otras muchas), que hay decidido dar la espalda a las arquitecturas x86, por lo que no ofrecen imágenes ISO de 32 bits que nos permitan instalar estos sistemas operativos en estas arquitecturas. Sin embargo, por suerte, no todas las distros son así.