Un grupo de investigadores israelíes ha hecho realidad una de nuestras peores pesadillas: ha conseguido escuchar conversaciones privadas a través de las vibraciones en simples bombillas colgadas en una habitación, con un ataque de espionaje que han bautizado como “Lamphone” que deja atrás el uso de micrófonos en una habitación o pinchar teléfonos.
Para llevar a cabo el ataque, los investigadores utilizan un sensor electro-óptico para analizar la respuesta al sonido de la frecuencia de la bombilla a través de fluctuaciones en la presión del aire que genera las vibraciones. Para ello, sólo necesitan un telescopio, el sensor electro-óptico (que vale unos 400 dólares), un DAC y un portátil. En total, todo cuesta menos de 1.000 euros.