Un grupo de investigadores –formado por Cornell Tech Ben Nassi, Stav Cohen y Ron Britton– ha creado un gusano informático, llamado Morris II, que puede propagarse entre varias herramientas de inteligencia artificial (IA) generativa, instalar malware e incluso robar información de los usuarios.
Pero más allá de estas acciones malintencionadas, el gusano se desarrolló para demostrar los riesgos de los ecosistemas autónomos y conectados por la IA generativa. Además, se ha demostrado que Morris II puede atacar a un asistente de correo electrónico de inteligencia artificial generativa para extraer datos de los internautas y enviar mensajes spam, sobrepasando algunos sistemas de seguridad de ChatGPT y Gemini durante el ataque.