por Carlos Sánchez Almeida
Con la aprobación del Real Decreto 1889/2011 de 30 de diciembre, por el que se regula el funcionamiento de la Comisión de Propiedad Intelectual, se cierra un círculo. Algunos pensarán que me refiero al que se abrió con el nombramiento de una profesional del cine para dirigir el Ministerio de Cultura. No es así, voy mucho más allá: me refiero al círculo perverso que se inició bajo el gobierno Aznar y sus primeras normas para ejercer el control administrativo de la internet española: la LOPD y la LSSI.
10 años antes del #15M, la red vivió otro mayo español. Fue una revuelta minúscula en comparación con las que hemos vivido en 2011, pero también era minúscula aquella internet si la comparamos con el gigante actual. El Ministerio de Ciencia y Tecnología que dirigía Anna Birulés, controlado con mano de hierro por dos cerebros clave de la Fundación FAES, Baudilio Tomé y Borja Adsuara, promovió un anteproyecto de Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico que sentaba las bases para la intervención administrativa sobre la red. La respuesta de los ciberactivistas agrupados en torno a la revista digital Kriptópolis fue de una extraordinaria agresividad: éramos jóvenes, ingenuos e indocumentados.
Lamentablemente, el tiempo nos dio la razón. El PSOE en la oposición, por boca de Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó la norma como “Ley de Censura del Ciberespacio”; cuando llegaron al poder, la endurecieron mediante la Ley de Impulso de la Sociedad de la Información (LISI), precisamente para favorecer aún más la retirada de contenidos de la red por parte de la autoridad administrativa.
La Ley Sinde-Wert es el último capítulo de una larga serie de agravios: no será el último. La próxima reforma del Código Penal, ya anunciada por Alberto Ruiz-Gallardón, seguramente incluirá un endurecimiento de las penas en materia de propiedad intelectual, definiendo nuevas conductas prohibidas. Pero antes de eso, la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual, que en lo sucesivo denominaré Sección Lassalle, escogerá cuidadosamente sus expedientes ejemplarizantes para escarmiento general.
El punto más oscuro de la nueva norma es el juego perverso de sus artículos 22 y 24, donde se establece que los prestadores de servicios de intermediación –acceso, memoria caché, alojamiento, enlaces e instrumentos de búsqueda- deberán dar cumplimiento a las órdenes administrativas de retirada de contenidos en un plazo de 72 horas. Sin haber sido parte del procedimiento y bajo la amenaza de una multa de hasta 600.000 euros, y con la posibilidad de sentarse en el banquillo de un futuro juicio penal o civil, por haberse establecido legalmente el conocimiento efectivo de la actividad presuntamente ilícita.
No me gusta decir “lo dije”, pero lo dije. El año pasado y hace más de diez años: la actividad empresarial de internet se puede ver forzada al exilio, para gran alegría de los emprendedores establecidos en mercados latinoamericanos. Enfrentarse a la vieja burocracia española, heredada del franquismo, es una actividad de riesgo. PP y PSOE son las dos caras de la misma moneda: como en tiempos de la dictadura, su política legislativa se dirige siempre a la intervención administrativa de la economía, en beneficio de los clanes del viejo tejido empresarial crecido a la sombra del dictador, y su más triste herencia.
Muchos españoles, y muchas empresas españolas, van a tener que emigrar. Algunos no podemos ni queremos hacerlo: desgraciadamente la profesión que me obligaron a estudiar no es demasiado flexible allende nuestras fronteras. Así que nos tendremos que quedar aquí, luchando hasta el final. Pero no quiero ponerme trágico: recientemente pude ver en Filmin una obra maestra de la parodia, de un finísimo humor inglés, que demuestra que uno puede reírse en las peores circunstancias. Les recomiendo que disfruten con “Jackboots on Whitehall”, y así entenderán mejor la parodia final con la que remato el presente artículo. No sé si venceremos, pero vamos a luchar hasta el final.
“Lucharemos en las redes, lucharemos en las calles, lucharemos en los mercados y en los juzgados. Con la ayuda de tod@s, venceremos, y si la internet española llegase a durar 1000 años más, que digan siempre de este nuestro tiempo, que fue su hora más gloriosa. No nos rendiremos jamás.”
FUENTE :http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/jaqueperpetuo/2012/01/04/ley-sinde-wert-no-nos-rendiremos-jamas.html