Una explosión simultánea de centenares de 'buscas' de miembros de Hezbolá ha provocado una masacre en el Líbano y hasta en Siria. Por el momento se han confirmado nueve víctimas mortales y cerca de 3.000 heridos de diversa consideración por unos hechos de los que han responsabilizado de inmediato a Israel, que guarda silencio.
Lo único claro hasta el momento es que no hay certezas, pero sí muchas sospechas. La principal hipótesis a la que se agarran los miembros de Hezbolá y el gobierno del Líbano es el de un ciberataque, un hackeo programado desde Israel.
Según las informaciones que van saliendo en esta línea, los dispositivos buscapersonas habrían sido atacados de forma remota, programando su explosión a una hora concreta. La simultaneidad de las deflagraciones ha provocado el caos en Beirut, capital del Líbano, pero también en zonas del sur y en puntos de la vecina Siria. Entre los heridos también se encuentra el embajador de Irán en Líbano, Mojtaba Amani, lo que ha llevado al régimen iraní a cargar inmediatamente contra Israel.
Estos pequeños aparatos eléctricos y portátiles son muy habituales, no sólo entre los integrantes de Hezbolá, para localizar a los individuos que los portan. De hecho, el Gobierno nacional ha pedido a todos las personas que puedan tener uno, como sanitarios, que se alejen de ellos.