"La brecha digital es real. Cinco mil millones de personas no disfrutan de Internet ni mucho menos de la revolución del smartphone. Imaginen que estuviéramos todos conectados, podríamos cambiar el mundo. Pero la realidad es que la tecnología también divide. Y lo hará más en los próximos años por las innovaciones que van a llegar, como el vídeo holográfico o los coches sin conductor”.
Se nota Eric Schmidt ya no ejerce de máximo responsable de Google. El presidente ejecutivo de la compañía, de nuevo en Barcelona para dar una charla en el congreso mundial del móvil, se ha puesto filosófico, y bastante utópico, para poner sobre el mapa a más de dos tercios de la humanidad. De paso ha desglosado cómo imagina el futuro que nos espera, a unos más que a otros, gracias al poder de la tecnología para la transformación social. "Formará parte de nuestra vida cotidiana y estará ahí sin que nos demos cuenta, como la electricidad”.
Los smartphones, para Schmidt, solo son parte de la solución para aquellos países donde el acceso a Internet todavía es un lujo, porque estos y otros aparatos “necesitan conexión”. Y sin ser políticamente correcto en un congreso del móvil organizado por las operadoras de telecomunicaciones, que reclaman año tras año compartir los costes del despliegue de las redes, ha desglosado las bondades de las “redes distribuidas” en los países en vías de desarrollo. En esencia, se trata de nodos interconectados donde cada aparato con conexión wifi, wimax o bluetooth, se convierte en el punto de acceso a la red.
A pesar de defender Internet casi como un derecho humano, Schmidt se ha mostrado muy reacio a ceder el control de su gestión a la Organización Internacional de Telecomunicaciones (OIT), que pertenece a Naciones Unidas. “Cuando algo funciona, mejor no tocarlo, porque el cambio sería una catástrofe”.
El ex máximo responsable del buscador, que cedió el timón a su fundador, Larry Page en abril del año pasado, también ha criticado con dureza los intentos de censurar Internet, en una clara alusión a las leyes SOPA y PIPA, actualmente paralizadas en las cámaras legislativas de Estados Unidos. En cualquier caso, Schmidt considera que cualquier intento de regulación de la Red fracasará, porque “Internet es como el agua”, imposible de frenar cuando fluye. Eso sí, a pesar de sus puyas a la administración Obama, se ha defendido de un asistente iraní, que le ha criticado por bloquear las descargas del navegador Chrome en la dictadura de los ayatolás. “No puedo incumplir las leyes de mi país”.
Antes, tras ceder el escenario al jefe de producto de Android, Hugo Barra, para que presentara al público la aplicación de Chrome para Android, Schmidt ha sacado su vena de comerciante para asegurar: “Si quieres navegar rápido, usa Chrome. Si te preocupa la seguridad, también. Y si no te importa ni una cosa ni la otra, úsalo porque es gratis”. La nueva aplicación, dice Google, carga las páginas en el móvil en menos de un segundo.
FUENTE :http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2012/02/28/actualidad/1330461023_720353.html