España envejece. Las áreas rurales cada vez están más despobladas. Todo dentro del marco de la era de la comunicación, donde cada ser humano tiene (mínimo) un móvil. ¿Cuál es el resultado? Las grandes compañías telefónicas -que no hace tanto desplegaban cabinas casi en cada esquina- han decidido recoger cable, aplicar la eutanasia a esos teléfonos públicos que eran, para muchos aldeanos, su única vía de contacto con el mundo exterior.
Pero ese mundo no se detiene. Y este avance ya pilla a contrapié a muchos vecinos ancianos que viven en pueblos de no más de un centenar de habitantes. En localidades que, en según qué zonas de nuestro país, quedan incomunicadas en invierno, bien por fuertes nevadas o porque simplemente no tienen con quién comunicarse.
Ante esta problemática, la empresa madrileña Trazos Sistemas ha desarrollado un teléfono público de emergencias compuesto de un único botón que permitirá solicitar ayuda siempre que ocurra cualquier contratiempo. Es totalmente gratuito y fácil de usar, pensado sobre todo en individuos que no manejan ni entienden bien los móviles.
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