El auge del Internet de las Cosas amenaza la ciberseguridad colectiva y confunde al ciudadano, preocupado por su privacidad individual
Realidad y ficción se tocan en las preocupaciones de los ciudadanos por su privacidad online. En 2018 ha vuelto el timo de la webcam, con el que unos piratas informáticos intentaron extorsionar a varios lectores de la revista The Register: un mensaje de correo anónimo les pedía varios miles de dólares (en bitcoins) por mantener en secreto un vídeo que supuestamente les habían grabado desde su propia cámara web mientras disfrutaban de material pornográfico en su ordenador. Como presunta prueba de la intrusión los timadores le presentaron a cada usuario una contraseña suya real, la que usaban para acceder a un foro que sí habían hackeado.
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