JUN 2011
Fahmi Fadzil, ayudante de un político de la oposición malaya y analista habitual de temas sociales, lanzó el pasado enero una acusación a través de su cuenta de Twitter: que una amiga suya, embarazada, había recibido un mal trato de sus jefes en una revista del editor Blu lnc Media. Aunque se disculpó a las pocas horas, también a través de Twitter, la compañía puso a sus abogados a trabajar y reclamó a Fadzil una indemnización por difamación además de una disculpa en la prensa. Y esta semana, ambas partes han llegado a un acuerdo: Fahmi se disculpará 100 veces a lo largo de tres días a través de su perfil en la página de los 140 caracteres, donde acumula más de 4.500 seguidores.
Syahredzan Johan, abogado del presunto difamador, no ha querido aclarar quién ha propuesto esta peculiar rectificación, según informa The Guardian.
Fadzil ha comenzado este jueves su serie de disculpas. Cada una va precedida de un número que le sirve para llevar la cuenta de las que lleva escritas. Y todas incluyen el mismo texto: "He DIFAMADO a Blu Inc Media y a la Revista Mujer. Mis tuits sobre sus políticas de recursos humanos no son ciertos | Me retracto de lo que dije y pido disculpas". Mensaje que se repetirá, aproximadamente, cada media hora hasta el próximo sábado.
Un castigo propio de la era digital y muy alejado de antiguas reprimendas como la que, por ejemplo, abre los Simpsons con Bart escribiendo su castigo con tiza en la pizarra. Fadzil, es una lástima, no puede dar más detalles sobre su caso. Pero ha despertado simpatía entre otros blogueros y tuiteros de su país, que se preguntan si habrá más decisiones de este tipo en el futuro.
Aunque Malasia no sea un ejemplo por su libertad de expresión -está en vigilancia entre los 'Enemigos de Internet' de RSF y ha detenido o abierto casos a ciudadanos por sus comentarios en redes sociales-, el acuerdo alcanzado en este caso es interesante. Especialmente porque deja claro, una vez más, que el comentario más insignificante hecho en Internet puede llegar hasta el último confín del mundo. Ante ello, la recomendación más obvia del mundo: nunca digas nada de lo que puedas arrepentirte.
FUENTE :http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/catalejo/2011/06/02/condenado-a-tuitear-100-veces-lo-siento.html