La iniciativa podrá entrar en vigor a partir de junio de 2016 y se pretende que esta medida regulatoria sea como la que afectó a los calentadores de agua y los tostadores, pero también que se extienda, a televisores y, por primera vez en la historia, a los monitores de las computadores — que tienen un tamaño similar y que actualmente se ocupan más horas al día que un televisor.
Esta declaración ha suscitado nula respuesta por parte de los productores de los electrodomésticos, pero de ese silencio se especula que la carrera para eficientar el consumo de energía por parte de las televisiones ya comenzó.
“Estamos muy contentos de que esta revisión se lleve a cabo, y que la resolución se realizará a la brevedad posible. Aunque también tememos que cada electrodoméstico identificado como de alto consumo, pueda ser retirado de la línea de producción en los próximos meses, para evitar la controversia política” Stephane Arditi, gerente de productos del Buró Ambiental Europeo.
Toda esta controversia surgió a partir de que estudios reflejaran que las televisiones consumen el 10% del total de energía eléctrica de un hogar, y que este consumo se ha venido incrementando en la última década, por lo que etiquetar a las nuevas televisiones con un distintivo para poder identificar si son de alto o bajo consumo, podría significar un gigantesco paso ante el calentamiento global y el ahorro de energía.
Este tipo de prácticas eventualmente verán repercusión en América, por lo que esperemos que también en esta parte del mundo se cree consciencia sobre la adquisición de productos electrodomésticos amigables con el ambiente.
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