Stefanie Russell, una anciana de 72 años, sufre un trastorno que le provoca náuseas y dolores de cabeza cuando está cerca de una señal WiFi o de telefonía móvil, algo que unido al desarrollo actual de ambas tecnologías no ha hecho más que complicar su día a día.
Esta especie de sensibilidad electromagnética que padece Stefanie la ha obligado a pintar su casa situada en un barrio de Reino Unido con cuatro capas de pintura especial anti-radiación, una medida que le ha supuesto un coste de 4.000 libras, unos 6.000 dólares-5.000 euros aproximadamente.
Con esas capas de pintura Russell consigue evitar que las señales WiFi y de telefonía móvil de sus vecinos penetren en su hogar y lleguen a hacerle daño.
Junto a esta medida la señora siempre va acompañada de un detector de señales inalámbricas para evitar zonas que puedan resultar peligrosas para su salud, tal y como podemos ver en la imagen que encabeza la noticia.
Este tipo de trastornos, identificados como , están experimentando un gran auge durante los últimos años y de hecho gozan de reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud, aunque para algunos es un tema que sigue generando controversia.
http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2014/10/24/actualidad/1414149387_515443.html