Cada persona sufre, y la felicidad es la ausencia de sufrimiento. Cuando logres la felicidad automaticamente viene la necesidad de ayudar a los demas, porque has comprendido varias cosas en el camino.
Lo que he dicho entonces es que primero hay que limitarse a ser feliz uno mismo, antes de querer cambiar al mundo.
Que agradable es recordar las inquietudes por cambiar el mundo.
El mundo cambia continuamente para seguir como siempre.
Nada ni nadie va a cambiar nada esencial, al menos permanentemente.
Pero quizás sea mejor seguir creyendo que en algún momento todo puede dar un vuelco y ya no habrá hambre, ni injusticias, ni codicia, ni guerras, ni enfermedades, ni la necesidad de desear un cambio ¿o quizás no?.
¿Merece la pena el esfuerzo o, incluso sacrificar la vida para cambiar algo y que, al cabo de un tiempo todo vuelva a ser como siempre?
Vosotros mismos teneis la respuesta.
En línea
Si no hacemos nada todo seguirá igual. Si quieres quieres que las cosas cambien, tienes que cambiarlas tú.