Estaba parado con mi coche en un semáforo, esperando a que se encienda la luz verde.
De repente, a mi lado para un coche tuneado lleno de canis insultando a todo dios y escuchando “música” con móviles de fondo.
El semáforo se pone verde y ellos arrancan a toda pastilla. Inesperadamente de la intersección surge un camión y los arrolla, destrozando el coche en mil pedazos.
“¡*****! Ese podría haber sido yo…” – pensé…
Decidido, mañana presento mi dimisión en la oficina y me voy a buscar un trabajo de camionero.