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411  Foros Generales / Foro Libre / Re: Marcas Blancas en: 31 Octubre 2010, 01:02 am
Porque se llama MARCAS BLANCAS?

Me ire de compras mañana, buena info  ::) jeje



Salu2
412  Informática / Tutoriales - Documentación / Re: Clases de Ajedrez - Videos en: 1 Octubre 2010, 19:01 pm
José Raúl Capablanca



(La Habana, 1888-Nueva York, 1942) Ajedrecista cubano. Aprendió a jugar al ajedrez a la edad de cuatro años, observando la técnica de su padre. En 1902 participó en el primer campeonato nacional cubano de ajedrez, clasificándose en cuarta posición. A partir de entonces tomó parte en diversas competiciones, que le llevaron a recorrer Europa y Estados Unidos. Entre 1912 y 1915 publicó una revista de ajedrez en La Habana. Durante la Primera Guerra Mundial permaneció en Nueva York, donde ganó varios torneos de ajedrez entre 1915 y 1918. Ganó el campeonato mundial de ajedrez en 1921, tras derrotar a Lasker en La Habana. En ese mismo año publicó su obra Fundamentos del ajedrez y contrajo matrimonio en la capital cubana. Capablanca continuó compitiendo y ganó, entre otros torneos, el New York International en 1927. Este año perdió su título mundial frente a Alekhine. También fue embajador de Cuba, participó como actor en la película Chess Fever, en 1925, y se casó en segundas nupcias con una princesa rusa. Falleció en 1942, a los cincuenta y tres años, a consecuencia de un ataque cardíaco que sufrió en el Club de Ajedrez de Manhattan. Fue sepultado en La Habana.

(La Habana, 19 de noviembre de 1888 - Nueva York, 8 de marzo de 1942) fue un ajedrecista cubano, campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927. Por su genio precoz, fue apodado "el Mozart del ajedrez"; por el aura de invencibilidad en su época dorada se le llamó "la máquina del ajedrez".

Nació en el Castillo del Príncipe, instalación militar de La Habana colonial (provincia de Cuba, España), el 19 de noviembre de 1888. José Raúl fue el segundo hijo de José María Capablanca, oficial del ejército español —Cuba no había aún conseguido su independencia— y María Graupera.

Según su propio relato, Capablanca aprendió las reglas del juego a los cuatro años de edad, observando a su padre jugar con amigos. En el transcurso de una de las partidas, que éste jugaba habitualmente por las tardes con el General Loño, de quien era asistente, observó que don José María, movía el caballo de una manera no permitida; ante la sorpresa de todos, lo acusó de hacer trampas y pasó a demostrarle lo que había hecho.

Cuando el niño cumplió los cinco años su padre comenzó a llevarlo al Club de Ajedrez de La Habana. A los mejores jugadores del club les fue imposible derrotarlo dándole ventaja de dama. En diciembre de 1901, a la edad de trece años, derrotó al campeón nacional cubano Juan Corzo con el resultado de 4 victorias, 3 derrotas, y 6 tablas.

Terminó sus estudios en el Instituto de Bachillerato de Matanzas. Su familia no disponía de recursos como para permitirle estudiar en el extranjero, pero en vista de sus buenos resultados académicos, su mecenas Ramón San Pelayo se dispuso a financiar su formación en los Estados Unidos. Cursó la secundaria en la Escuela Woodycliff de Nueva Jersey aspirando a entrar en la Universidad de Columbia para seguir la carrera de ingeniería química. Sin embargo, permanentemente distraído por su pasión en el juego ciencia, sólo cursó los dos primeros años.

En 1905 comenzó a frecuentar el Club de Ajedrez de Manhattan: En la noche del 6 de abril de 1906 participó en un torneo relámpago en el que, tras sucesivas partidas eliminatorias, venció al gran Emanuel Lasker, ante el asombro de todos, adjudicándose el torneo. Lasker estrechó la mano de su vencedor diciéndole: "Es notable joven, usted no ha cometido errores".

En su primer encuentro internacional, enfrentó al maestro norteamericano Eugene Delmar, a quien le ganó todas las partidas, a pesar de haberle otorgado ventaja de peón y salida.

Entre fines de 1908 y 1909 participó en una prolongada gira estadounidense; de un total de 734 partidas, ganó 703, entabló 19 y sólo sufrió 12 derrotas.

En 1909, a la edad de 20 años, Capablanca ganó un encuentro al campeón estadounidense Frank Marshall (+8 -1 =14). Fue la insistencia de Marshall lo que permitió que se le dejara participar al joven Capablanca en el torneo de San Sebastián, España en 1911. Ésta era una de las competiciones más importantes de la época; todos los grandes jugadores del planeta estarían presentes excepto el entonces campeón mundial Emmanuel Lasker. Al inicio del torneo Ossip Bernstein y Aaron Nimzowitsch objetaron la presencia del invitado pues éste no había ganado todavía ninguno de los grandes torneos. Sin embargo, después de que Capablanca ganara su primer juego contra Bernstein (en una partida que le otorgaría el premio a la brillantez), éste reconoció su talento y dijo que no se sorprendería si su vencedor terminaba ganando la presa mayor.

Tras una movida durante un juego en la variedad de ajedrez rápido, Nimzowitsch se ofendió a raíz de un comentario de Capablanca, a quien respondió: "Los jugadores sin trayectoria deberían mantener la boca cerrada en presencia de sus superiores". En el acto, Capablanca retó a Nimzowitsch a enfrentarlo en una serie de juegos rápidos, los cuales ganó fácilmente. Los maestros presentes en el lugar concluyeron que el joven cubano era insuperable en la variante rápida, distinción que le correspondería hasta el final de su vida. Capablanca efectivamente terminó ganando el campeonato (nuevamente frente a Nimzowitsch), usando una apertura muy admirada por Mikhail Botvinnik, y asombrando el mundo del ajedrez al ganar con balance de +6 -1 =7, delante de Akiba Rubinstein, Carl Schlechter y Siegbert Tarrasch.

En 1911 retó a Lasker por el campeonato del mundo. El alemán aceptó el desafío pero propuso 17 condiciones para el cruce. Capablanca no estuvo de acuerdo con algunas y no llegaron a un acuerdo.

En 1913 jugó en La Habana y terminó segundo detrás de Frank Marshall, habiendo perdido una de las partidas contra el norteamericano después de tener una posición ventajosa. Reuben Fine afirmó que Capablanca había exigido al alcalde el desalojar a todos los espectadores para que no lo vieran en el mal estado de ánimo mientras perdía. Esta historia ha circulado en libros y en la Red; sin embargo, el libro de Edward G. Winter (véase aquí) documenta que la historia de Fine no tiene ningún fundamento. Demuestra en cambio que los 600 espectadores presentes, que naturalmente apoyaban a su compatriota, le dieron a Marshall una fuerte ovación. Las notas del mismo Marshall corroboran esta versión: Cuando escuchó el griterío de la multitud creyó que lo iban a linchar, por lo que pidió una escolta de seguridad para que lo llevara rápidamente a su hotel. Después le contaron lo que había sucedido en realidad.

Inmediatamente después de esto Capablanca obtuvo un resultado de +13 -0 =0 en un torneo en Nueva York, aunque Oldrich Duras era el único Gran Maestro Internacional entre sus rivales.

En septiembre de 1913 consiguió un trabajo en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba. El sueldo mediano le permitió seguir disfrutando de su pasión ajedrecística y realizar algunos viajes al exterior en busca de nuevos desafíos. Durante muchos años fue el cubano más famoso.

Luego jugó una serie de partidas en Europa contra los mejores jugadores de la época: en Berlín derrotó a Jacques Mieses y a Richard Teichmann; en San Petersburgo jugó una serie de seis partidas, dos contra Alexander Alekhine, dos contra Yevgeni Znosko-Borovski y dos contra Fiodor Dus-Khotimirsky, perdiendo una vez contra Znosko-Borovski y ganando el resto. Estos fueron sus primeros encuentros con Alekhine, quien fue superado ampliamente. Luego en Riga batió a Nimzowitsch en un elegante final de alfiles de color opuesto. En Moscú venció a Bernstein en una partida que aparece en muchas antologías como una joya por la jugada ganadora 29... - Db2!!, y por la nueva estrategia de peones colgantes, . En Kiev superó a Bogatyrchuk entre otros. Ya en Viena derrotó a Richard Réti en una partida y a Savielly Tartakower 1,5-0,5. Capablanca dio también un gran número de partidas simultáneas destacadas por su rapidez y gran cantidad de victorias.

En el gran torneo de 1914 en San Petersburgo, con la participación de la mayoría de los mejores jugadores del mundo (con la excepción de los del Imperio austrohúngaro), Capablanca se encontró con el gran Lasker por primera vez en un torneo normal (el cubano había ya ganado la final del mencionado torneo de ajedrez relámpago de 1906, en el que innovó con una ahora famosa composición final). Capablanca tomó ventaja de un punto y medio en las rondas preliminares, y obligó a Lasker a luchar por el empate.  Ganó nuevamente el premio por brillantez contra Bernstein  y tuvo algunas victorias importantes contra David Janowsky,  Nimzowitsch  y Alekhine.

Sin embargo fue víctima de una notoria mejoría de Lasker en la segunda parte del torneo, que incluyó una famosa victoria del alemán.  Terminó segundo, detrás de Lasker con 13 puntos contra 13,5 del alemán, pero adelante de Alekhine, quien finalizó en tercer puesto. Al concluir el torneo, el Zar Nicolás II proclamó a los cinco ganadores de premios (Lasker, Capablanca, Alekhine, Tarrasch y Marshall) como "Grandes Maestros del Ajedrez".

En 1920, Lasker se dio cuenta de que Capablanca se estaba haciendo demasiado fuerte y, decidió renunciar al título en favor de éste, añadiendo: "Usted ha ganado el título no por la formalidad de un desafío, sino por su brillante maestría". El cubano prefería ganarlo en una partida, pero Lasker insistió en que era él ahora el retador. En 1921 jugaron el campeonato en La Habana donde Capablanca venció al alemán sin perder una sola partida: +4 -0 =10. No sería sino hasta ocho décadas más tarde que esto se repetiría, cuando en el año 2000 Vladímir Krámnik le ganó a Garry Kasparov +2 -0 =13.

El nuevo campeón del mundo, Capablanca, dominó en Londres en 1922. Hubo un número interesante de jugadores fuertes y se creía que el campeón no debería poder evadir retos a su título como había sucedido en el pasado. En este torneo, algunos de los mejores jugadores de la época (Alexander Alekhine, Efim Bogoljubov, Géza Maróczy, Richard Réti, Akiba Rubinstein, Tartakower y Milan Vidmar), se reunieron para discutir reglas para los campeonatos mundiales por venir. Entre otras cosas, una de las condiciones propuestas por el campeón fue que el aspirante al título tendría que reunir al menos diez mil dólares para el premio.

En los años siguientes, Rubinstein y Nimzowitsch desafiaron a Capablanca pero no lograron reunir el dinero.

Resultó segundo en Nueva York en 1924, otra vez por delante de Alekhine. En 1925 fue tercero en Moscú detrás de Efim Bogoljubov y Lasker. Pero en 1927 dominó el torneo en Nueva York contra seis jugadores sin perder una partida y con 2,5 puntos más que Alekhine.

En este periodo también hubo varios cambios en la vida personal del maestro. En diciembre de 1921 se casó con Gloria Simoni Betancourt. Tuvieron un hijo, José Raúl, en 1923 y una hija, Gloria, en 1925, pero el matrimonio terminó en divorcio. También perdió a su padre y a su madre.

El éxito en Nueva York en 1927 fue excepcional: terminó invicto en una vuelta cuádruple con seis de los mejores jugadores del mundo y con 2,5 puntos por encima del segundo lugar (Alekhine). Capablanca también superó al moscovita en su primer enfrentamiento,  ganó el premio de la partida más brillante contra Rudolf Spielmann  y ganó dos juegos interesantes contra Nimzowitsch.

Esto le dejó como el gran favorito para el campeonato contra Alekhine —que hasta entonces no había podido ganar nunca a Capablanca—. El desafío fue respaldado por un grupo de hombres de negocios argentinos y el presidente de este país, que garantizó los fondos.

La proximidad del partido llevó a una serie de pronósticos sobre su resultado: El gran maestro austríaco Rudolf Spielmann sentenció: "Alekhine no va a ganar ninguna partida"; según Vidmar: "Alekhine no tiene ni la sombra de una posibilidad"; Bogoljubov coincidió: "El resultado final va a ser 6 x 3 a favor de Capablanca"; Nimzowitch y Maroczy se pronunciaron también en favor de la victoria del cubano.

El propio Capablanca se sentía seguro de su triunfo, por lo que —fiel a su estilo— no se preparó para el encuentro, confiando en su capacidad única para resolver los problemas directamente frente al tablero; en cambio, llevado por sus responsabilidades laborales como representante del ajedrez de Cuba, participó en una gira de partidas de exhibición por el Brasil.

En una estrategia diametralmente opuesta, su contrincante se dedicó a la compleja tarea de estudiar con inédita profundidad los patrones subyacentes en el estilo de juego de Capablanca, sus movimientos recurrentes y respuestas ante problemas complicados, etc., inaugurando una forma de trabajo que es norma hoy en día entre los máximos exponentes del ajedrez mundial.

El encuentro se jugó en septiembre en Buenos Aires. Ganaría el primero en obtener seis victorias. Alekhine jugó con paciencia y solidez, llevó a Capablanca a perder la primera partida de manera mediocre,  para luego tomar ventaja ganando las partidas número 3  y 7  —juegos de ataque más al estilo de Alekhine— luego perdió las partidas 11  y 12.  Capablanca intentó convencer a Alekhine para anular la cita después de una larga serie de tablas. El ruso rehusó, y acabó venciendo +6 -3 =25, en el encuentro más largo de la historia del campeonato del mundo exceptuando el campeonato en 1985 entre Karpov y Kasparov.

Alekhine no aceptó jugar la revancha, contraviniendo una de las condiciones del enfrentamiento. A pesar del colapso de los mercados financieros en 1929, Alekhine siguió insistiendo en las condiciones acordadas en Londres, es decir, Capablanca estaba obligado a recaudar u$s 10,000. El aspirante no logró satisfacer esta condición. En cambio, Alekhine jugó dos campeonatos mundiales contra Efim Bogoljubov, que era un buen ajedrecista, pero no una amenaza para él en un juego extenso. Durante su reinado, Alekhine rechazó jugar en los mismos torneos que su rival.

Capablanca ganó varios torneos fuertes después de haber perdido el título mundial, tenía la esperanza de que tarde o temprano sus resultados obligarían a Alekhine a jugar una revancha por el campeonato del mundo, lo que no sucedió. En 1931 derrotó al gran jugador holandés Max Euwe  +2 -0 =8, tras lo cual dejó de jugar por un tiempo al más alto nivel, participando solamente en partidas de menos importancia en el Club de Ajedrez de Manhattan.

Reuben Fine, extraordinario jugador de ajedrez rápido, rememora que en este período jugó varios cruces de esta especialidad con Alekhine, con resultados muy parejos. En comparación, las pocas veces que se enfrentó en esta variante con el cubano, éste lo machacó "sin misericordia".

En 1934 comenzó de nuevo a jugar torneos de mayor importancia. Olga Chagodayev, con quien se casó en 1938, lo inspiró a competir de nuevo. Alekhine perdió el título contra Euwe en 1935 en parte debido a sus problemas con el alcohol. Esto le dio a Capablanca nuevas esperanzas de volver a ganar el título, y ganó en Moscú en 1936, delante de Botvinnik y Lasker. En el gran torneo de Nottingham en 1936, terminó empatado con Botvinnik, por delante de Euwe, Lasker, Alekhine y detrás de los nuevos talentos de Reuben Fine, Samuel Reshevsky y Salo Flohr.

Ésta fue la primera partida de Capablanca contra Alekhine desde el gran campeonato mundial entre los dos y el genio cubano no perdió la oportunidad de vengar su derrota.

Teniendo una posición inferior, logró atrapar al ruso en una trampa tan elaborada que ninguno de los otros jugadores (excepto Lasker) se dio cuenta de dónde el perdedor había cometido el error.

Capablanca comentó sobre este particular en El legado de Capablanca: sus últimas presentaciones, pags. 111–112, expresando su admiración por la astucia que Lasker demostraba incluso a los sesenta años. Sin embargo, el cubano no menciona a su oponente: Alekhine. La relación entre ambos era de profundo desagrado mutuo, hasta el punto en que rara vez compartieron un tablero por más de unos segundos: cada uno hacía su movida y luego se levantaba para caminar por las cercanías.

En 1937, Euwe, en contraste con la situación entre Alekhine y Capablanca, cumplió con su obligación y concedió a Alekhine el juego de revancha. Alekhine dejó de beber, se preparó bien y volvió a ganar fácilmente el primer puesto. Después de esto no hubo mucha esperanza de que Capablanca volviera a disputar el título, Alekhine no jugó más partidas por el campeonato del mundo y murió en 1946. El absoluto y arbitrario control del título por parte del circunstancial campeón impulsó a la FIDE a reglamentar el mecanismo de elección de rivales y así asegurarse de que el mejor aspirante tuviera la oportunidad de acceder a la final.

La salud de Capablanca comenzó a empeorar. Tuvo un pequeño accidente cerebrovascular durante el torneo AVRO de 1938, y tuvo el peor resultado de su carrera: séptimo de ocho jugadores. Sin embargo, incluso en esta etapa de su declive, fue capaz de producir resultados extraordinarios: En la olimpíada de ajedrez de 1939 en Buenos Aires logró obtener el mejor resultado como primer tablero de Cuba, delante de Alekhine y de Paul Keres.

El 7 de marzo de 1942, Capablanca se encontraba en el Club de Ajedrez de Manhattan en Nueva York. El cubano, de muy buen humor, hacía bromas en relación con las jugadas que se producían en el tablero. De pronto, sorprendiendo a los que le rodeaban, se puso en pie exclamando: "Ayúdenme a quitar el abrigo...", desplomándose luego en brazos de los ajedrecistas que se le acercaron. Trasladado momentos después al Hospital Monte Sinaí, al que llegó en estado comatoso, falleció a las 5:30 de la mañana del día 8. La causa directa de su muerte fue hemorragia cerebral, consecuencia de la hipertensión arterial que venía padeciendo desde hacia bastante tiempo. Justamente un año antes, en el mismo hospital, había fallecido Emanuel Lasker. Tras su muerte el mundo del ajedrez sufrió una terrible consternación. Los grandes maestros más importantes de la época, incluyendo a Alekhine, expresaron sus pésames y le calificaron como el jugador de ajedrez más grande de todos los tiempos.

José Capablanca recibió sepultura en La Habana con grandes honores. El General Fulgencio Batista, presidente de Cuba, se hizo personalmente cargo de los trámites funerarios. Capablanca falleció a la edad de 53 años y 109 días. En 1951, Cuba editó una estampilla de 25 centavos con su retrato, la primera con la figura de un maestro de ajedrez.

En toda su carrera Capablanca sufrió menos de cincuenta derrotas en partidas oficiales. En partidas oficiales, perdió 35, el 6% del total. Permaneció invicto por más de ocho años, desde el 10 de febrero de 1916, cuando perdió desde una posición superior contra Oscar Chajes; hasta el 21 de marzo de 1924, cuando sucumbió frente a Richard Réti  en el Torneo Internacional de Nueva York. Se trata de un récord de 63 juegos, que incluyó el delicadísimo torneo de Londres de 1922 y la partida por el campeonato del mundo contra Lasker. De hecho, sólo Marshall, Lasker, Alekhine y Rudolf Spielmann ganaron dos o más partidas oficiales frente a un Capablanca maduro, aunque los totales de sus respectivas carreras son negativos (Capablanca derrotó a Marshall +20 -2 =28, a Lasker +6 -2 =16, a Alekhine +9 -7 =33), a excepción de Spielmann que consiguió su nivel (+2 -2 =8). De la élite mundial, solamente Paul Keres  tuvo un estrecho margen a su favor (+1 -0 =5), triunfo que ocurrió cuando Capablanca tenía 50 años, en el declive de su carrera. Su puntaje Elo ha sido calculado en 2725.

Capablanca no fundó ninguna escuela por sí mismo, pero su estilo fue muy influyente en las partidas de los campeones mundiales Bobby Fischer y Anatoly Karpov. Mijaíl Botvínnik escribió acerca de cuánto aprendió de Capablanca, y precisó que también Alekhine debía al cubano mucho de su juego posicional, que aprendió durante sus frecuentes reuniones antes de que la lucha por el título del mundo les hiciera enemigos. Botvinnik considera a Los fundamentos del ajedrez, de Capablanca, como el mejor libro sobre ajedrez que se haya escrito. En este texto el gran maestro precisa que mientras que el alfil es generalmente más fuerte que el caballo, la unión de reina más caballo es generalmente superior que la combinación de dama y alfil: el movimiento diagonal de éste simplemente imita al de la reina, mientras que el caballo la complementa, alcanzando inmediatamente posiciones que le están vedadas a la dama. Botvinnik acredita a Capablanca como el primero en hacer esta observación.

La crítica más común a su figura se centra en su tradicional pereza: al frente del tablero, si no podía conseguir algo por medios sencillos entonces ni siquiera lo intentaba. Esta característica se manifestaba en que por lo general confiaba en su instinto dejando el cálculo de lado, lo que en ocasiones redundaba en errores graves. Además –y excepcionalmente– fue incapaz de resolver algunos finales difíciles.

En cierto momento Capablanca fue criticado —principalmente en Gran Bretaña— por la supuestamente vanidosa descripción de sus propios logros en su primer libro, Mi carrera en el ajedrez. En respuesta, el maestro tomó la medida sin precedente de incluir virtualmente todas sus derrotas en torneos y partidas en Los fundamentos del ajedrez, junto con un grupo representativo de sus victorias. Por otro lado J. du Mont, en su prólogo al libro de Golombek Los 100 mejores juegos de Capablanca, atestigua que el cubano —a quien conocía bien— no era en lo absoluto una persona vanidosa; en cambio aconsejaba a los críticos que aprendieran la diferencia entre la mente simplemente dotada y el genio elevado de un Capablanca, y el contraste entre la tendencia británica hacia la falsa modestia con la costumbre latinoamericana a decir "jugué este juego tan bien como podría ser jugado" cuando honestamente se cree estar en lo correcto. Du Mont también afirma que Capablanca era bastante sensible a la crítica. Edward G. Winter, historiador del ajedrez, documenta un número de ejemplos de autocrítica en Mi carrera en el ajedrez.

Capablanca predijo que el ajedrez enfrentaría dificultades mayores si continuaba la tendencia de que los jugadores de élite terminaran sus partidas en tablas. Para evitarlo sugirió una variación del esquema de juego, llamada el "Ajedrez de Capablanca", a desarrollarse en un tablero de 8x10. Su idea se basaba en que el mayor número de piezas y las dimensiones extendidas de la grilla permitirían al jugador más efectivo el expresar claramente su superioridad, debido a la complejidad y los grados de libertad adicionales.

Debe aclarase que el gran maestro propuso esta variación complicada mientras era campeón mundial y no después de perder el título, como algunas fuentes sostienen incorrectamente.
413  Informática / Tutoriales - Documentación / Re: Clases de Ajedrez - Videos en: 1 Octubre 2010, 18:56 pm
Emanuel Lasker



(Berlinchen, 1868 - Nueva York, 1941) Ajedrecista y matemático alemán, campeón mundial de ajedrez entre los años 1894 y 1920. Emigró a los Estados Unidos en 1889 y cinco años más tarde arrebató el título mundial de ajedrez a Wilhelm Steinitz. Tras un breve periplo mundial se centró en sus estudios académicos, y en 1902 hizo lectura de su tesis en matemáticas sobre sistemas algebraicos abstractos. Venció a los grandes maestros hasta el año 1920, en que fue derrotado por Raúl Capablanca. Su mayor contribución a este deporte fue la renovación de sus bases económicas, pues logró para los deportistas un apoyo económico fundamental para lograr el estatus de profesionales. Fue inventor de ingeniosos finales de partidas y autor de un libro clásico de la disciplina, Common sense in chess ('El sentido común en el ajedrez'). Su carrera se vio profundamente afectada por las dos guerras mundiales, y su origen judío le supuso un largo exilio por diversos países tras la subida al poder de Hitler, lo que le obligó a recurrir de nuevo al ajedrez como medio de subsistencia. Se le considera el primer jugador en sistematizar el enfoque psicológico del ajedrez.

Emmanuel Lasker nació en Berlinchen (actualmente Berlinek en Polonia) y murió en Nueva York, lejos de Alemania y la barbarie nazi. A los doce años se trasladó a Berlín  para estudiar, bajo la tutela de su hermano Bertoldo. Fue un estudiante brillante, sin embargo, cuando terminó el bachillerato no ingresó en la universidad inmediatamente. Había comenzado a obtener triunfos en ajedrez, lo que le permitía tener unos modestos ingresos gracias a los premios. En 1889 se dio a conocer en Alemania, en 1891 en Inglaterra y en 1893 en Estados Unidos. Lasker era doctor en filosofía, seguidor de Schopenhauer, autor de teatro, y un buen matemático (tiene escrito un libro sobre álgebra). Se doctoró en la universidad de Erlangen en 1900. En 1895 publica «El sentido común en ajedrez», una serie de conferencias en las que procura desvelar los principios fundamentales que rigen la partida de ajedrez. Se trata de un libro que aún sigue publicándose y del que los ajedrecistas de hoy pueden aprender mucho ajedrez, y que junto con su «Manual de ajedrez» es su libro más importante. Su estilo de juego es muy personal. Lo podríamos llamar «dialéctico» ya que trata de desequilibrar la posición no realizando siempre las mejores jugadas sino las más desagradables para el adversario. Esto hace sus lances arriesgados y teóricamente incorrectos, pero eleva la lucha psicológica al paroxismo, induciendo, con frecuencia, al oponente a cometer un error y la derrota.

Lasker es uno de los más grandes jugadores de ajedrez de todos los tiempos. Se mantuvo muy por encima del panorama ajedrecístico de su época. Incluso tras perder el título mundial continuó triunfando en importantes torneos; hasta que cumplió los sesenta y siete años.

Sus partidas han sido profusamente analizadas. Hacía que su rival se sintiese incómodo jugando, encaminándole hacia posiciones que le resultaban desagradables o no sabía tratar. Su lucha se establecía tanto en el tablero como en lo psicológico. Escogía variantes inferiores, e incluso jugadas malas, para sembrar inquietud en el ánimo de su rival. Observaba a sus rivales para detectar cuándo estaban a disgusto con su situación en el tablero. No obstante, siempre tuvo recursos para remontar esas posiciones inferiores. Debido a esta práctica le acusaron de hipnotizar a sus rivales y hasta de utilizar la magia para ganar partidas.

Tras la victoria de Wilhelm Steinitz sobre Mijaíl Chigorín sólo Lasker se atrevió a retar al campeón del mundo. Lasker se desplazó a Estados Unidos en su busca. En esta época Lasker no tenía un currículum brillante. Solamente había tenido dos triunfos importantes, los torneos de Londres de 1892 y Nueva York de 1893. En los enfrentamientos individuales había derrotado a todos sus rivales excepto a Blackburne, aunque no eran de gran categoría. Por fin el encuentro se celebró y Lasker derrotó a Steinitz brillantemente, una derrota que se repetiría cuatro años más tarde y de manera más rotunda.

En diciembre de 1895 se organizó un torneo en San Petersburgo con el fin de buscar un aspirante al título mundial. Fueron invitados a este torneo Lasker, Steinitz, Pillsbury, Chigorín y Tarrasch, aunque este último renunció a jugar. El torneo lo ganó Lasker brillantemente, pero Steinitz quedó el segundo, lo que le daba derecho a jugar un nuevo encuentro con el título mundial en juego. Desgraciadamente Steinitz contaba ya más de sesenta años, y su salud no era muy buena por lo que Lasker se impuso con facilidad.

Tras su victoria definitiva frente a Steinitz la actividad ajedrecística de Lasker fue trepidante. Disputó otros ocho encuentros con el título mundial en juego, respectivamente contra Lasker contra Frank Marshall, Tarrasch, Janovsky, Schlechter, Janovsky de nuevo y Capablanca, que por fin le venció en 1921, tras 27 años de reinado.

Además de los encuentros individuales, con o sin el título mundial en juego, ganó importantes torneos, como el de San Petersburgo de 1895-96, Nuremberg 1896, Londres 1899 y París 1900. En el torneo de San Petersburgo de 1914 terminó primero tras superar una desventaja de punto y medio, por delante de Capablanca. Lasker fue el primer maestro que demandó grandes sumas de dinero para mejorar la situación económica de los ajedrecístas. La tremenda inflación de la economía alemana en los años veinte, y la barbarie nazi, que le habían confiscado todos sus bienes por su condición de judío, le dejó arruinado y hubo de volver a competir. Ganó los torneos de Mährisch-Ostrau 1923 y Nueva York 1924, por delante de Capablanca, Aliojin, y fue segundo en el de Moscú de 1925, por delante de Capablanca. Durante los años siguientes de dedicó a la Filosofía y la enseñanza, pero en 1934 volvió a competir (ya tenía sesenta y seis años) en el torneo de Zurich, donde quedó quinto, y en el torneo de Moscú de 1935.

A lo largo de su dilatada vida deportiva Lasker se enfrentó muchas veces a los mejores jugadores de su tiempo. Al final jugaría 538 partidas oficiales, de las cuales ganó 309, perdió 62 y entabló 167. Fue amigo de Einstein, cuyas teorías seguía con interés.



Frases célebres que se le atribuyen

«Cuando hago jaque al rey no me da miedo ningún jugador».

«La cosa más difícil en ajedrez es ganar una partida ganada».

«El buen observador lo puede resistir casi todo. La mejor manera de jugar bien en los finales es fijarse».

«Cuando el rey de sus rivales no se encontraba en peligro, Aliojin jugaba sin entusiasmo. Su fantasía se encendía cuando peligraba el rey».
«No estoy jugando con peones blancos o negros, sin vida. Juego con seres humanos de carne y sangre».

«Cuando un fuerte maestro piensa hora y media una jugada, creo que no me conviene hacer lo que él desea».

«En el tablero de Ajedrez luchan personas y no figuras».
«El Ajedrez es lucha».

«Reti ocupa una posición de la máxima categoría entre los autores de estudios y pertenece al rango de los pocos compositores geniales del milenio que conoce el ajedrez europeo».

«Si quieres divertirte en una partida haz un apertura abierta, pero si quieres ganar hazla cerrada».

«La diferencia entre un maestro y un buen aficionado no radica precisamente en lo más fundamental. El buen aficionado tiene a menudo un gran concepto del ajedrez, posee el sentido cabal de la estrategia y en líneas generales ve igual que un maestro. Sabe dónde esta un punto débil y cómo debe planearse la maniobra ganadora. Pero se equivoca en la concatenación de las jugadas. Las traspone y malogra oportunidades valiosísimas».

«Carece de la pasión que hacer hervir la sangre». (Refiriéndose a Tarrasch).

«Por supuesto que Anderssen prefirió 19.Tac1 a 19.Ae4; aquélla es la jugada de un artista, y ésta, la de un carnicero». (Se refería a la partida Anderssen-Dufresne: La Siempreviva).

«Se espera tal vez demasiado de el y es sencillo vencerle». (Se refería a Capablanca).

«Aliojin puede obtener un buen resultado contra Capablanca si el encuentro no se celebra en La Habana».

«En los finales mantuvo por largo tiempo la reputación de no tener igual. Llegado a un final donde tenga una ventaja ganadora, por pequeña que esta sea, se puede contar casi con certeza que gana el juego. Muy pocas victorias se le han escapado en los finales. En cambio, si lleva la peor parte, su adversario no puede permitirse la libertad de concederle el menor chance».
414  Informática / Tutoriales - Documentación / Re: Clases de Ajedrez - Videos en: 1 Octubre 2010, 18:52 pm
Wilhelm Steinitz (1836-1900)



Nació en Praga en el mes de mayo de 1836. No se sabe bien si nació el día 18 (según su biógrafo Ludwig Bachmann), el 14 (según Johann Berger) o el 17 (según algunas fuentes británicas). Aunque si hemos de creer a la lápida esculpida en su tumba del cementerio Evergreen de Nueva York, Steinitz nació el “14 de mayo de 1837”. Bonita confusión.

Steinitz se crió en una familia judía, y ya a una temprana edad dio muestras de una enorme capacidad para asimilar conocimientos, de forma que a la edad de 17 años ingresó en el Politécnico de Viena con la intención de cursar estudios de ingeniería. En dicho centro de estudios conoció a Falkbeer, con quien se introdujo en los secretos de la práctica del ajedrez.

Tal y como explica el gran Emmanuel Lasker en su célebre Manual de ajedrez, y el inolvidable Richard Reti en su Los grandes maestros del tablero, Steinitz desarrolló en su juventud un estilo de juego muy proclive a la combinación espectacular, al ataque al rey a toda costa. Para una ilustración práctica, véase la partida Steinitz vs. Mongredien, de 1862.

Sin embargo, dicha tendencia al fuego de artificio se fue atemperando con el paso del tiempo, y Steinitz fue conocido, sobre todo, por haber establecido las bases estratégicas del juego, formulando una serie de principios (con una exposición modélica en el mencionado Manual de ajedrez de Lasker). El juego de Steinitz pasó a ser más comedido y cauteloso con el paso del tiempo, aunque siempre que se le presentaba la ocasión dejaba muestras de su enorme habilidad táctica.

Steinitz era un hombre de caracter serio y sumamente irritable. Además, nunca demostró simpatía por Morphy, con quien se entrevistó una sola vez en su vida, durante apenas diez minutos. Cuando publicó las partidas de Morphy, guiado por un afán de rigor y con una envidiable independencia de juicio, criticó duramente algunas de las que el público norteamericano consideraba más bellas y perfectas. Ante las muestras de disgusto de los norteamericanos por estas críticas Steinitz declaró: “Es cierto que soy criticón y no me complazco fácilmente, pero, ¿no debe uno serlo cuando frecuentemente se escuchan juicios superficiales donde debería hacerse un análisis profundo? ¿No debe uno preocuparse si ve que los métodos anticuados siguen viegentes sólo para evitar que no se turbe la propia comodidad?... Por desgracia, algunos consideran la crítica como un enemigo, en lugar de una guía hacia la verdad. Sin embargo, nadie me apartará nunca del camino que conduce a la verdad”. Y fue este firme propósito el que le llevó a una impresionante esfuerzo de sistematización que le indujo a formular los fundamentos posicionales de nuestro juego.

Un contemporáneo suyo, Cunningham, describe de la siguiente manera a nuestro hombre: “Steinitz era un hombre de gran vigor físico, dotado de una fuerte constitución, cabeza grande, frente prominente y hombros y brazos poderosos. Cada rasgo en él denotaba más poder que gracia o belleza. De escasa estatura y cortas piernas, cojeaba ligeramente al andar”.

Como jugador tuvo una enorme fuerza de juego. Prueba de ello es que derrotó en enfrentamientos individuales a Anderssen, Chigorín y Zukertort, tres de los mejores jugadores del siglo XIX. Incluso después de estos importantes triunfos se consideraba a Steinitz como el “antihéroe” por excelencia: era miope, padecía una disminución física en una pierna, por lo que debía usar bastón y muleta. Cuando competía, acostumbraba a apoyar tanto el bastón como la muleta en la mesa de juego, como si fuera a necesitarlos, pero nunca abandonaba su asiento, lo que le valió el apelativo de “sitzfleisch” (literalmente “carne para sentarse”) por parte de algún periodista cruel.

En una ocasión le preguntaron a Steinitz si esperaba triunfar en un fuerte torneo de maestros. Su respuesta fue: “De salida tengo gran ventaja, pues soy el único que no tiene que enfrentarse a Steinitz”.
En Viena uno de los adversarios permanentes de Steinitz era el acaudalado banquero austríaco Epstein. En una de sus partidas se llegó a a una posición compleja, en la que Steinitz se entretuvo más de lo habitual para realizar su jugada. Su adversario perdió los nervios e irónicamente murmuró:
— ¡Eh!
Steinitz no respondió y continuó jugando. Entonces fue el banquero quien se puso a pensar largo tiempo. Steinitz también murmuró:
— ¡Eh!
El banquero saltó ofendido:
— Joven, ¿no sabe usted quién soy yo?
— Lo sé —respondió Steinitz—. En la Bolsa usted es Epstein, pero en el ajedrez Epstein soy yo.
En una sesión de simultáneas celebrada en San Petersburgo en 1896, a cargo de Steinitz, se produjo la siguiente anécdota: durante el juego entró silencioso en la sala Lasker, y pasados algunos minutos ocupó el puesto de uno de los simultaneados, tapándose con una mano para no ser reconocido. Cuando Steinitz llegó a su tablero, Lasker se inclinó sobre las piezas, cogió con mano temblorosa la dama de Steinitz y tomó con ella un peón defendido, a la vez que se daba jaque a su propio rey. Sorprendido Steinitz, pasados unos segundos reconoció a Lasker y al instante continuó la broma, tomando con su dama el rey.
Steinitz, cuando vivía en Viena, firmó alguno de sus escritos como el “Morphy Austríaco”.

Wilhelm Steinitz, que también era un filósofo positivista, revoluciona el juego del ajedrez al presentarlo como un sistema lógico hecho de reglas bien definidas y estáticas. Es el máximo exponente de la visión de Philidor del ajedrez como ciencia. Con él nace la escuela clásica de ajedrez, que se distingue por los lances profundamente lógicos que se fundamentan en la realización de planes innovadores: explotación de errores mínimos como peones aislados, casillas libres, piezas sobrecargadas, etc.). Trata de paralizar las piezas del adversario, y bloquear el centro antes de atacar en las alas y lanzar la marea de peones.

    En su juventud Steinitz jugaba al estilo romántico. En 1862 tomó parte en el torneo de Londres como representante de su país. Aprovechó esta estancia para fijar su residencia en Londres. En este torneo alcanzó la sexta plaza, y le ganó una partida a Anderssen que fue considerada la mejor del torneo.

    En 1866 Steinitz era una de las figuras más importantes del ajedrez mundial. Para confirmarlo se enfrentó al Anderssen en Londres (1866) en el que venció por ocho victorias, seis derrotas y ninguna tablas. Este encuentro se consideró en su tiempo un mundial oficioso. Por desgracia este resultado quedó minusvalorado en 1870 al quedar por detrás de Anderssen en el torneo de Baden-Baden. Donde, además, perdió sus dos partidas contra él. Sin embargo, en el torneo de Viena del mismo año compartió el primer puesto con Blackburne, y derrotó por dos veces a Anderssen. Steinitz había derrotado a Blackburne en sus últimos duelos particulares, por lo que se impuso un encuentro que se disputó en 1876. El resultado fue espeluznante: Steinitz derrotó a Blackburne por siete derrotas en siete partidas. El juego de Steinitz había evolucionado y contaba con una arma que no tenían sus contemporáneos. Sus nuevas ideas procedían del estudio profundo de las partidas de Morphy.

    Tras su triunfo contra Blackburne, Steinitz se volcó en su labor didáctica y escribió algunos tratados. En su libro «The Modern Chess Instructor» formuló los principios de lo que sería la escuela Moderna de ajedrez. Esta obra sería fundamental para los grandes genios de la siguiente generación. Llegó a la conclusión de que para combinar era necesario contra con una superioridad estratégica previa y esto sólo es posible, bien por errores del contrario bien por la acumulación de pequeñas ventajas. A esta conclusión ya habían llegado otros ajedrecistas, como Blackburne y Morphy, pero la originalidad de Steinitz fue supo decir qué era una ventaja y qué no; y sobre todo, supo identificar cuáles eran los puntos débiles de una posición. Él fue el primero en formular y de aplicar conscientemente y de manera genial estos principios.

    Steinitz descubrió en Morphy al más profundo conocedor de las reglas posicionales del ajedrez, y trató de sistematizar lo que había aprendido, añadiéndole sus propias reflexiones acerca de la dinámica de las piezas y los peones. El resultado fue un tratado práctico de lo que hoy llamamos estrategia ajedrecística. Su aplicación fue lo que le condujo a ser el más grande jugador de su tiempo. Sin embargo Steinitz no buscaba la brillantez de las combinaciones sino que se centró en los aspectos más duraderos de la posición. Sus perfectas defensas iban dirigidas a conservar una pequeña ventaja que a medida que desaparecían las piezas se iba haciendo más grande y le permitía ganar la partida.

    Durante unos años estuvo apartado de la competición, pero regresó en el torneo de Viena de 1882 que ganó, empatado a puntos, con Wináwer, a pesar de haber perdido sus partidas contra Blackburne, Chigorín y Zúkertort. Con Zúkertort jugó el primer campeonato del mundo de ajedrez, después de que le venciera en un encuentro en la que disponía tres puntos de ventaja.

    Tras su triunfo en el primer campeonato del mundo se dedicó a su labor divulgativa en la revista que acababa de fundar: «The Internacional Chess Magazine». Sin embargo pronto encontró otro rival que aspiraba al campeonato del mundo: Mijaíl Chigorín, con quien había empatado en el torneo de Viena de 1882, y en 1883 le había ganado en Londres su dos encuentros. En 1888 le ganó en un encuentro telegráfico Londres-San Petersburgo, lo que hacía inevitable el encuentro.

    A pesar de la victoria sobre Chigorín este siguió acaparando primeros puestos en los torneos, y derrotándole en sus cruces personales, por lo que se hacía necesario un encuentro de revancha. Antes de que el desquite fuese a celebrar Steinitz, este disputó un encuentro con Isidoro Gúnsberg, que si bien no era considerado como un rival de talla la victoria de Steinitz fue por la mínima, y es que Steinitz empezaba ser mayor.

    Tras este triunfo sólo un joven alemán, Lasker, se atrevió a retarle. Lasker se desplazó a Estados Unidos en su busca para retarle. Por fin el encuentro se celebró y Lasker derrotó a Steinitz brillantemente. En diciembre de 1895 se organizó un torneo en San Petersburgo con el fin de buscar un aspirante al título mundial. Steinitz quedó el segundo detrás de Lasker, lo que le daba derecho a jugar un nuevo encuentro con el título mundial en juego. Desgraciadamente Steinitz contaba ya más de sesenta años, y su salud no era muy buena por lo que Lasker se impuso con facilidad.

    Steinitz fue un maestro de la defensa, más que del ataque. Se especializó en el estudio de las aperturas, y está considerado el padre de Gambito de Dama, que lo renovó por completo haciendo de él un arma temible. También estudió en Gambito Evans, el Gambito de Rey, el Giuoco Piano, la apertura Escocesa, la apertura Ponziani, la apertura Española, la apertura Vienesa, la defensa Francesa, la defensa Holandesa, y la defensa Petrov.

    Steinitz supo sintetizar y renovar por entero la teoría de su época, y fue uno de los mayores finalistas de todos los tiempos. Esto le convierte en el pensador más original y profundo de toda la historia del ajedrez. Cuando el peso de la edad ya si hizo sentir perdió el título de campeón del mundo, en 1894, y murió pobre seis años después.



Campeonatos del mundo

Año: 1886
Ciudad: Nueva York, San Luis y Nueva Orleans (Estados Unidos)
Contrincantes: Steinitz contra Zúkertort
Resultado: 12,5 - 7,5
Campeón: Steinitz (10 ganadas, 5 perdidas, 5 tablas)

    Cuentan que en la cena de clausura del torneo de Londres de 1883 uno de los comensales propuso un brindis: «por el campeón del mundo», a lo que respondieron Steinitz y Zúkertort. Las discusiones sobre la legitimidad de tal honor se zanjaron cuando uno de los presentes propuso dilucidar las diferencias con un encuentro por el campeonato del mundo.

    El encuentro se celebró entre Nueva York, San Luis y Nueva Orleans de enero a marzo de 1886. Se jugaron 20 partidas de las cuales Steinitz ganó 10, Zúkertort 5 y otras 5 fueron tablas. En Nueva York se jugaron cinco partidas, cinco en San Luis y diez en Nueva Orleans.

Año: 1889
Ciudad: La Habana (Cuba)
Contrincantes: Steinitz contra Chigorín
Resultado: 10,5-6,5
Campeón: Steinitz (10 ganadas, 6 perdidas, 1 tablas)

    El segundo campeonato del mundo se concertó al mejor de veinte partidas y fue trepidante. Se produjeron una serie alterna de victorias y derrotas por parte de ambos jugadores. La incertidumbre se mantuvo hasta que, tras la decimotercera partida, Steinitz encadenó una serie de tres victorias seguidas, que sentenciaron el encuentro.

Año: 1890-91
Ciudad: Nueva York (Estados Unidos)
Contrincantes: Steinitz contra Gúnsberg
Resultado: 10,5-8,5
Campeón: Steinitz (6 ganadas, 4 perdidas, 9 tablas)

Año: 1892
Ciudad: La Habana (Cuba)
Contrincantes: Steinitz contra Chigorín
Resultado: 12,5-10,5
Campeón: Steinitz (10 ganadas, 8 perdidas, 5 tablas)

    El segundo encuentro con Chigorín fue, si cabe, más disputado que el primero. En este encuentro no contaban las tablas. Tras disputar las veinte partidas el marcador estaba empatado a ocho puntos. La partida 21 fue tablas y en la 22 se impuso Steinitz. La partida 23 fue un desastre para Chigorín, que perdió los nervios y una pieza, con lo que Steinitz logró el triunfo definitivo.

Año: 1894
Ciudad: Nueva York, Filadelfia (Estados Unidos) y Montreal (Canadá)
Contrincantes: Steinitz contra Lasker
Resultado: 7-12
Campeón: Lasker (10 ganadas, 5 perdidas, 4 tablas)

Año: 1896-97
Ciudad: Moscú (Rusia)
Contrincantes: Lasker contra Steinitz
Resultado: 12,5-4,5
Campeón: Lasker (10 ganadas, 2 perdidas, 5 tablas)



Frases célebres que se le atribuyen

«El peón es la causa más frecuente de la derrota».
«Todo plan que se elabore ha de ser congruente con el carácter de la posición».
«El jugador que tiene la iniciativa debe atacar; de lo contrario, corre el riesgo de perderla».
«La mente humana es limitada, pero la estupidez humana es ilimitada».
«El ajedrez es demasiado para ser un juego y demasiado poco para ser una ciencia».

A Steinitz en una ocasión se le preguntó si esperaba triunfar en un torneo de maestros próximo a empezar. «Tengo una ventaja sobre el resto de participantes, pues soy el único que no tendrá que enfrentarse a Steinitz».

«El ajedrez no es para almas tímidas».
«El jugador que lleva ventaja debe atacar o perderá dicha ventaja».
«Trátame como a un judío y échame a patadas». (Aconsejaba a los psiquíatras que se lo dijeran).
«En su feliz actuación (del señor Lasker) no cabe duda de que se oirá hablar de este talentoso y joven ajedrecista».
«La mejor manera de refutar un gambito es aceptándolo».
«En ajedrez, yo soy Epstein, usted es Steinitz». (Se lo dijo a uno de los hombres más ricos del país).
415  Foros Generales / Foro Libre / Re: Que paso con Facebook?? en: 22 Septiembre 2010, 21:13 pm
Pero si tengo respuesta.



Lima - Perú.
416  Foros Generales / Foro Libre / Re: Que paso con Facebook?? en: 22 Septiembre 2010, 20:25 pm
Probando con Opera.



No encuentra el servidor de Facebook.
417  Foros Generales / Foro Libre / Re: Que paso con Facebook?? en: 22 Septiembre 2010, 20:13 pm
Leer:
http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=96936
http://www.psicofxp.com/forums/discusiones-generales.13/962167-se-cayo-facebook.html

Que es lo que le estará sucediendo??  :huh:
418  Foros Generales / Foro Libre / Re: Que paso con Facebook?? en: 22 Septiembre 2010, 20:09 pm
Facebook, es uno de los mas grandes de las redes sociales.  >:D Que este pasando esto.  :-( Espero que lo arreglen pronto, para ingresar a mi cuenta. :xD
419  Foros Generales / Foro Libre / Re: Que paso con Facebook?? en: 22 Septiembre 2010, 20:01 pm
Porque Yo no puedo ingresar al Facebook?? Lo revise con varios exploradores y me dan el mismo resultado. O que fue lo que hice mal  :huh: No me entiendo.  :xD

Saludos
420  Foros Generales / Foro Libre / Que paso con Facebook?? en: 22 Septiembre 2010, 19:56 pm
Porque no puedo ingresar al Facebook???







Saludos
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