YouTube Kids fue presentado a inicios de 2015 como esa forma supuestamente ideal de permitir a los niños acceder a contenido apropiado en la popular plataforma de vídeo de Google, pero como todo, no es infalible, aunque en este caso el problema actual es uno de terror.

YouTube ha admitido que tiene un problema y prometen que tomarán mejores medidas para filtrar el contenido que aparece en la aplicación para niños. Si bien existe un lugar en YouTube para vídeos de sátira en los que Peppa Pig bebe cloro por primera vez, estamos de acuerdo en que ese lugar no es YouTube Kids.

La automatización ha convertido a YouTube Kids en un servicio que puede acabar perturbando a los más pequeños, y quizás a más de un adulto. Si cosas como Salad Fingers te parecían extrañas e inquietantes hace 10 años, ni imaginas los vídeos que aparecen en YouTube hoy día y que se cuelan en los feeds que ven los niños.

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