Los superordenadores son a menudo víctimas de distintos ataques informáticos por parte de piratas informáticos que buscan obtener acceso a ellos para poder aprovechar su inmenso potencial. A menudo estos superordenadores son utilizados en diferentes ámbitos de la ciencia para llevar a cabo complejas operaciones y ecuaciones que con un ordenador convencional se tardaría muchísimo tiempo.
FitzRoy es un superodenador presente en Nueva Zelanda de más de 18 toneladas de peso y que su poder de computación equivale al de 7000 ordenadores portátiles trabajando a la vez. Este superordenador es utilizado por los investigadores meteorológicos para detectar cambios radicales en el clima, poder predecir posibles catástrofes y estudiar a largo plazo las consecuencias del cambio climático.
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