Con la ayuda de estos programas informáticos, algunos programadores han logrado embaucar al público general, generar caos en la bolsa, ganar consursos e incluso evitar castigos y multas.
Los bots son programas informáticos diseñados para imitar el comportamiento humano y reaccionar de una determinada manera ante distintas situaciones. Su uso puede ser beneficioso para todas las partes o solo para unos pocos si cae en las manos equivocadas. El portal Afisha ha recopilado una serie de sucesos curiosos protagonizados por bots y sus creadores.
¿Qué puede hacer los bots?
Después de acumular multas relacionadas con el aparcamiento por valor de 3 millones de dólares y de lograr impugnarlas todas, un joven universitario británico, Joshua Browder, desarrolló un 'bot abogado' bautizado como DoNotPay, que ayuda a gente con problemas de multas de tráfico a resolver las dudas legales al respecto y evitar en muchos casos tener que pagarlas.
Algo muy distinto pasó con un bot diseñado por un usuario de Twitter. La intención era la de tuitear automaticamente desde la cuenta del usuario frases con sentido basadas en sus anteriores tuits. Sin embargo, el bot llegó hasta un punto en el que empezó a amenazar de muerte a otros internautas, por lo que fue llamado por la Policía para responder al respecto.
Siguiendo en Twitter, un ingeniero informático llamado Hunter Scott desarrolló un bot capaz de buscar en esta red de mensajería todos los tuits que anuncian el sorteo de algún premio si eran retuiteados. Con 165.000 retuits, el bot logró ganar cerca de mil premios entre entradas de cine, conciertos o descuentos además de otras cosas que tuvo que rechazar porque no le servían para nada. Otro usuario empleó un metodo similar, pero en este caso para identificar empresas que estaban cerradas, a base de hacer que el bot les enviase un mensaje. Si la empresa tardaba en contestar a un par de mensajes en 180 días, podía decirse que oficialmente esa cuenta y la empresa relacionada ya no funcionaban.
Otro caso interesante es el de un usuario que programó su bot para recibir fotografías de otros usuarios a través de Twitter con el propósito de transformarlas en un moderno estilo artístico conocido como 'Glitch-art'. Este 'bot artista', llamado Pixel Sorter, contiene una versión de Instagram con más de diez errores de programación en la aplicación de sus filtros, lo que produce imágenes distorsionadas con curiosos y variopintos resultados que ha gustado a los internautas.
Bots troleadores y criminales
Más allá de las redes sociales, programadores más avanzados han empleado bots para sembrar el caos en la bolsa y realizar actos criminales que queden impunes. Ejemplo de ello es el bot Random Daknet Shopper, un algoritmo creado por programadores suizos para comprar semanalmente, por valor de 100 dólares, artículos a lo largo y ancho de Internet. Todo lo que obtuvo el bot a lo largo de varios meses fue expuesto en una exposición en Suiza, donde se mostraban objetos como zapatillas de nike, cámaras de fotos, cigarrillos, pasaportes falsificados e incluso pastillas de éxtasis. La Policía tuvo que clausurar la exposición pero no pudo hallar culpables de la compras ilegales, ya que las hizo el bot, y no sus programadores.
En un sentido más inocente, un empleado de una empresa de venta telefónica, programó un bot para trolear a sus compañeros de trabajo. Sabiendo cuáles eran las pautas de venta de sus compañeros teleoperadores, diseñó al 'bot trol' para contestar a sus llamadas y mantenerlos el mayor tiempo posible al teléfono a base de respuestas como "sí", "por supuesto", "me interesa", etc.
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