Fortnite se ha convertido en un fenómeno de masas. Puede que el juego nos guste más o menos, pero lo cierto es que ha confirmado aquello de que lo importante en un juego no es la carrera hacia el fotorrealismo, sino la diversión que sea capaz de ofrecer.

No es el primero en cumplir esa máxima, otros títulos como League of Legends ya lo hicieron en su momento, pero Fortnite está de plena actualidad y por ello está recibiendo una mayor atención por parte de los principales medios.

Aunque a nivel técnico no ofrece un gran apartado gráfico lo cierto es que Fortnite es un título más exigente de lo que cabría pensar a simple vista. Para disfrutarlo de forma óptima es recomendable contar con un procesador de al menos dos núcleos y cuatro hilos (como el Pentium G4560 por ejemplo), 8 GB de RAM y una tarjeta gráfica de gama media-baja.

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