Reino Unido ha puesto en marcha varias reuniones con abogados de distintas redes sociales para poner coto a lo que ellos piensan se está yendo de las manos. Con el Britain's Crown Prosecution Service (CPS) -departamento responsable de la acción pública de personas acusadas de delitos penales en Inglaterra y Gales— a la cabeza, se espera que el resultado de estas negociaciones tenga su fruto en Navidad.
Esta iniciativa es consecuencia de varios casos en los que las acusaciones, amenazas y comentarios en Twitter y Facebook han llegado a manos policiales. Los agentes han expresado su preocupación por el creciente número de casos que están siendo llamados a investigar. Sólo en esta semana, dos personas han sido condenadas por delitos sociales a través de estos medios. El lunes, un adolescente, Mateo Woods, ha sido sentenciado a 12 semanas de cárcel por varias bromas ofensivas en Facebook a un niño de cinco años de edad en abril. Y un día después, Azhar Ahmed, de 20, fue condenado a 240 horas de servicios comunitarios después de publicar: "Todos los soldados deben morir e ir al infierno" en Facebook, tras el fallecimiento de seis soldados británicos en Afganistán.
El CPS ha invitado a académicos, abogados, blogueros y a la policía a participar en una discusión de un mes de duración. Una portavoz explicó que las conversaciones no estaban dirigidas principalmente a cambiar la ley actual. "En este momento la idea es contar con directrices claras y consistentes en la persecución de estos casos dentro de la ley existente", han dicho.
El periódico 'The Guardian' revela que una de las preguntas que está en el aire es si las redes sociales deberían mejorar la moderación del sitio. La policía, que ha expresado su preocupación por hacer frente a la creciente ola de delitos, ha dado la bienvenida a estas reuniones.
"Cada día se hacen muchos comentarios ofensivos en las redes sociales y una pequeña orientación puede ayudar a la policía concentrarse en los asuntos más graves", dijo Andy Trotter, portavoz de la Asociación de Jefes de Policía. Añadió que no era sólo una cuestión de principios, sino "también la viabilidad de tratar con miles de posibles delitos".
Sin embargo, muchos otros apuntan a que no son necesarias directrices oficiales sino un poco de sentido común para hacer frente a este tipo de casos. Y ponen como ejemplo al abogado John Cooper, quien defendió con éxito a un hombre que en julio había sido procesado por el envío de un "amenazante" mensaje donde hablaba de volar el aeropuerto de Doncaster. El tribunal dictaminó que había sido una broma y desestimó el caso.
FUENTE :http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/10/navegante/1349884792.html