Un estudio reciente publicado por investigadores de la Northern Illinois University viene a contradecir concepciones anteriores acerca de la idoneidad de estudiar los perfiles de Facebook de posibles candidatos durante la fase de selección para asegurar un buen encaje de la persona en la compañía.
05-01-2014 - Enrique Dans - Blog Básicamente, la conclusión es que todos esos esfuerzos para buscar frases inconvenientes, incorrecciones políticas, fotos de borracheras y demás cuestiones que según algunas empresas debían descartar a un posible candidato, no tienen ningún tipo de correlación con el rendimiento de esos empleados en sus puestos de trabajo, y sí tienden a reflejar, en cambio, sesgos de las empresas en cuestión contra determinadas minorías, sexos, etc.
La cuestión parece reforzar el más puro sentido común: utilizar las redes sociales para verificar los intereses de una persona, su nivel de influencia o expertise en un tema determinado, o sus contactos dentro de una industria, por ejemplo, puede tener su sentido. Un blog personal, o métricas como Klout y similares, tomadas con el debido cuidado y nunca como una puntuación absoluta, pueden servir para ofrecer una imagen más completa que la que podría llegar a obtenerse únicamente con una entrevista o un proceso de selección estándar. Pero pasar de ese tipo de comprobaciones a dedicarse a espiar o acosar a un posible candidato para tratar de sacar conclusiones sobre si dice tacos, se manifiesta políticamente o hay fotos suyas durante una juerga es, pura y simplemente, absurdo. Cualquiera puede emborracharse durante una fiesta sin que ello tenga que afectar lo más mínimo a su rendimiento profesional, y de hecho, podríamos incluso lanzar una evaluación en sentido contrario: una empresa que discrimina a un posible candidato y decide no incorporarlo porque encontró una fotografía suya en una fiesta puede que no sea el mejor lugar para trabajar.
Entre utilizar las redes sociales para obtener una imagen más completa de los intereses de un candidato, y dedicarse a espiarlo absurdamente o a intentar perfilarlo psicológicamente va un trecho importante. Y sobre todo, lo primero puede servirte para evaluar si el candidato es adecuado, pero lo segundo solo servirá para proyectar tus sesgos personales, sin predecir en modo alguno si el candidato terminará por ser una buena incorporación o no.
Lo dicho: en el fondo, puro sentido común.
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