Según las tres leyes de la robótica del autor de ciencia ficción Isaac Asimov, un robot no puede hacer daño a un ser humano debe obedecer las órdenes dadas por ellos y debe proteger su propia existencia, en la medida en que esta no ponga en peligro vidas humanas. Sin embargo, el cine, la literatura y la televisión ha sido testigos de cómo las inteligencias artificiales terminan poniendo estas leyes en contra de la humanidad. Para el colectivo Stop Killer Robots esta situación va más allá de la ciencia ficción. Por ello un colectivo conformado por 22 organizaciones sin ánimo de lucro en el mundo ha lanzado una campaña para prevenir que los gobiernos continúen desarrollando la tecnología robótica aplicada al campo de batalla.
Human Rights Watch es el coordinador de la Campaña que pide la prohibición preventiva y exhaustiva sobre la producción de armas completamente autónomas. El objetivo es conseguir la firma de un tratado internacional y la implementación de leyes nacionales y otras medidas que oficialicen la prohibición mundialmente. "Creo que la sociedad civil tiene el derecho y la obligación de actuar cuando consideran que el gobierno o los militares se están comportando de forma incorrecta en su nombre", ha señalado Jody Williams ganadora del Premio Nobel de Paz por la campaña contra la prohibición de las minas terrestres.
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