¿Te suena lo de que Microsoft ama a Linux? Pues les sucede exactamente lo mismo con Chromium, el navegador web libre en el que se basa el nuevo Microsoft Edge, con el que la compañía espera recuperar el terreno perdido. Su anuncio fue un bombazo por todo lo que conlleva y desde entonces los avances han sido considerables, a pesar de que aún no está listo para la acción.

El por qué Microsoft tomó la decisión es obvio a priori: apostar por la plataforma web dominante, software de código abierto con un desarrollo imparable, con el que poder contribuir y modificar a placer, parecía lo más inteligente, a tenor de los pobres resultados de Microsoft Edge en los casi cuatro años de vida del navegador. Pero, ¿qué hay de los pormenores que se planteó la compañía a la hora de dar el salto? Sobre este asunto han trascendido unos documentos internos a los que merece la pena echar un vistazo.

Para empezar, sí, Microsoft ama a Chromium; y no lo decimos nosotros: lo dicen ellos. ¿Qué más dicen? Muchas cosas.

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