El debate sobre el grado de visibilidad que gobiernos y empresas deben tener con respecto a las actividades privadas, las comunicaciones y los comportamientos de los ciudadanos, se ha ampliado al mundo online. El estudio Privacy Index (de EMC) explora la manera en que los usuarios valoran sus derechos de privacidad en Internet, y mide su disposición a renunciar a los beneficios y las comodidades de un mundo conectado para asegurar su vida privada.
Este estudio revela que los internautas quieren disfrutar de los beneficios de la tecnología sin sacrificar su privacidad. Además, refleja tres paradojas:
Por un lado, la de “quererlo todo”. Los usuarios expresan que quieren disfrutar de todas las ventajas y los beneficios de la tecnología digital, pero no están dispuestos a sacrificar su privacidad para conseguirlo. El 91% de los encuestados valoran las ventajas del “mayor acceso a la información y el conocimiento” que aporta la tecnología digital; sin embargo sólo el 27% está dispuesto a sacrificar su privacidad para disfrutar de los beneficios de Internet.
El 85% de los encuestados valora "el uso de la tecnología digital para protegerse de actos terroristas y/o delictivos”; sin embargo, sólo el 54% dice estar dispuesto a renunciar a algo de su intimidad por esta protección. Sin embargo, los mayores de 55 son los que están menos dispuestos a sacrificar privacidad por comodidad y desean un mayor control sobre sus datos personales.
También se da la paradoja de las Redes Sociales. Los usuarios de este tipo de redes afirman que valoran su privacidad pero comparten libremente grandes cantidades de datos personales, pese a no confiar mucho en las organizaciones que protegen esa información. Sólo el 51% dicen tener seguridad en las competencias de estos proveedores para proteger los datos personales, y sólo el 39% confía en la ética de estas organizaciones.
La gran mayoría de los usuarios (84%) afirma que no les gusta desvelar su vida privada o sus hábitos en las redes sociales, a menos que ellos mismos decidan compartir esa información. Los mayores de 65 años están mucho más preocupados por su privacidad, y son los menos dispuestos a dejar que otras personas conozcan sus hábitos en Internet.
Y por último los resultados revelan una última paradoja, la de “la pasividad”. A pesar de que los riesgos de privacidad afectan directamente a muchos usuarios, la mayoría no toma ninguna medida especial para proteger su vida privada, y trasladan esa responsabilidad a aquellos que manejan la información, como los gobiernos y las empresas. Más de la mitad de los encuestados dice haber sufrido una brecha de seguridad (cuenta de email hackeada, robo o extravío de móvil, cuenta de redes sociales hackeada, y más).
Pese a los fallos de seguridad sufridos, muchos no toman medidas para protegerse. El 62% no cambia sus contraseñas con asiduidad. Y cuatro de cada diez encuestados no personaliza su configuración de privacidad en las redes sociales. Además, el 39% no emplea protección mediante contraseña en sus dispositivos móviles.
Los encuestados consideraron como mayores amenazas para el futuro de la privacidad las empresas que utilizan, venden o comercializan datos personales para obtener ganancias financieras (51%) y la falta de interés del gobierno (31%) entre los principales riesgos para el futuro de la privacidad. Los menos propensos a proteger sus dispositivos móviles mediante contraseña o a cambiar la configuración de privacidad de su perfil en las redes sociales son los mayores de 55 años.
“El potencial sin precedentes de Cloud y Big Data para impulsar el negocio y el progreso de la sociedad se basa en la confianza. Las personas necesitan saber no sólo que sus datos están seguros, sino que su privacidad está protegida", ha dicho Fernando de la Prida, director general de EMC España.
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