La impresión que tienen muchos usuarios de Internet de que la velocidad de su conexión no se corresponde con lo que pagan ha resultado cierta. La Comisión Europea ha demostrado por primera vez con datos que los consumidores reciben una potencia inferior a la contratada. Por término medio, tienen disponible un 74% de lo contratado, aunque la situación varía mucho por países y por tipo de tecnología.
La banda ancha tradicional arroja las peores cifras, con un servicio que apenas supera el 60% de lo publicitado. España sale, en general, algo mejor que la media, con un 66,7% en el caso del ADSL. Los datos guardan escasa relación con el nivel de desarrollo de los Estados en otros aspectos. Así, Reino Unido registra la peor relación entre lo contratado y lo disfrutado (44,7%), mientras que los mejores resultados se dan en Eslovaquia (97,1%) y Croacia (94,8%), un país que entrará en la Unión Europea el 1 de julio.
“Los consumidores necesitan más información sobre este tipo de datos para poder tomar decisiones con conocimiento de causa, por lo que vamos a repetir el ejercicio”, ha anunciado la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de asuntos digitales, Neelie Kroes, que aboga por “un verdadero mercado único conectado”.
La tecnología que mejores resultados ofrece es el cable, donde la potencia contratada y la disfrutada se corresponden al 91,9%. España supera también en este caso la media (96,4%). A medio camino entre el ADSL y el cable se sitúa la fibra óptica, con un 81,2% de cumplimiento. En España también es superior: 87,8%.
El estudio se realizó el año pasado con algo más de 9.000 participantes en toda Europa. La iniciativa continuará hasta finales de 2014, con otras dos mediciones anuales. Bruselas insta a los consumidores a inscribirse voluntariamente para someterse a la evaluación.
Más allá de lo anunciado, la velocidad de descarga media en todos los países y en todas las tecnologías fue de 19,47 megas por segundo. Y, en ese caso, en la velocidad real, España queda por debajo de la media en todas las tecnologías: 6,92 megas por segundo en la banda ancha tradicional (frente a 7,23 megas de media), 30,4 megas por segundo en cable (frente a 35,1) y 36,06 megas por segundo en fibra óptica (36,96 en la media comunitaria). Es decir, España ofrece menos velocidad que la media de los países de la UE pero miente algo menos en la publicidad.
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