La variante más frecuente es Coinhive, que en febrero alcanzó a una quinta parte de las organizaciones mundiales.
Los criptojackers se han convertido en un recurso muy utilizado por los cibercriminales.
La variante de malware más frecuente, según el último Índice de Impacto Global de Amenazas de Check Point que recoge lo ocurrido durante el mes de febrero, es precisamente un criptojacker. Se trata de Coinhive, que afectó a una quinta parte de las organizaciones mundiales y que está diseñado para minar la criptomoneda Monero. Se activa con la visita a una página web y acaba perjudicando al rendimiento de los dispositivos de sus víctimas.
Pero Coinhive no es la única variante de criptojacking que destaca. Check Point dice que hay hasta tres variantes diferentes en el top 10. De hecho, los criptojackers afectaron el mes pasado a un 42 % de las compañías.
“En los últimos cuatro meses, la presencia del criptojacking ha seguido en aumento”, confirma Maya Horowitz, directora del grupo de inteligencia de amenazas de Check Point, que explica que “este tipo de amenaza persistente no sólo ralentiza los ordenadores y servidores de la empresa, sino que una vez que estos agentes han penetrado en las redes, también pueden ser utilizados para llevar a cabo otros actos maliciosos”.
“Por lo tanto”, dice Horowitz, “es más importante que nunca que las empresas empleen una estrategia de ciberseguridad multicapa que proteja tanto contra las familias de malware conocidas como contra las nuevas amenazas”.
Tras coinhive, el segundo malware más frecuente es Cryptoloot, otro de esos criptojackers, con un impacto del 16 %. El tercer lugar lo ocupa el exploit kit Rig Ek, con un impacto del 15 %.
http://www.silicon.es/indice-impacto-global-amenazas-check-point-febrero-2372322