En una de las escenas finales de Guerra Mundial Z (¡atención, spoiler!), Brad Pitt aprovecha para tomarse un descanso bebiendo una lata de Pepsi tras inocularse el virus que le permitirá pasar desapercibido para los zombis y salvar a la humanidad. Se trata de uno de los ejemplos más descarados (y cutres) de publicidad encubierta de los últimos tiempos.
Hoy en día, los consumidores somos conscientes de que las marcas pagan por aparecer en películas, teleseries, videojuegos, programas de entretenimiento e informativos de televisión, reportajes de prensa… Bueno, igual no todo el mundo sabe que la publicidad puede esconderse en cualquier sitio. De hecho, es imposible detectarla siempre. Ahí radica parte del secreto de su éxito.
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