Esta nueva versión incluye el nuevo protocolo SAE, que hará inviable nuevos ataques como KRACK; aunque también se incluyen mejoras para hacer más fácil y seguro compartir redes y usar redes públicas
Durante más de una década, el uso de PSK (clave pre-compartida, comúnmente conocido como 'four-way handshake') se ha considerado seguro, hasta que en 2016 un grupo de investigadores belgas descubrieron lo que se denominaría KRACK, dejando de manifiesto la necesidad de buscar una alternativa: SAE (Simultaneous Authentication of Equals).
Este nuevo protocolo empleado por WPA3 (que en realidad data de 2008), se trata de una variación de dragonfly handshake, contando entre sus novedades resistencia a ataques como el de KRACK, pero además hace inútil los ataques por diccionario a los paquetes interceptados. Por si fuese poco, además cuenta con 'forward secrecy'. Esto significa, que aunque se obtenga la clave, un atacante no podrá descifrar los mensajes anteriormente cifrados con dicha clave, porque ésta cambia con cada comunicación.
SAE a diferencia de PSK, tal y como indica su nombre (Simultaneous Authentication of Equals) trata a cada cada parte como iguales, y cualquiera de ellas puede establecer la comunicación. Este nuevo método se contrapone a la forma de trabajar de PSK, en que router y cliente se encontraban diferenciados, y era posible forzar la desconexión entre ambos para analizar los 'handshake' (tal y como hace KRACK).
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