En la era de MS-DOS, los archivos solo podían tener, como máximo, 8 caracteres en el nombre y 3 en la extensión. Sin embargo, con la llegada de Windows 95, esta restricción se eliminó, permitiendo a los usuarios usar las longitudes que quieran con la condición de que entre la ruta y el nombre no se pasen de los 260 caracteres. Aunque este límite es bastante elevado, es fácil de alcanzar. Sobre todo cuando tenemos un árbol de directorios muy grande, o descomprimimos archivos bajados de Internet. Cuando alcanzamos este límite, la ruta puede quedar inaccesible, y entonces es cuando aparecen los problemas al intentar abrir, mover e incluso eliminar los archivos o el propio directorio.