No es ningún secreto que entre las contraseñas más usadas a escala mundial hay grandes clásicos como '123456', o dejarnos llevar por la comodidad de 'qwerty' y la obviedad de 'password'. Hasta la Guardia Civil insiste en la gravedad del asunto, invitándonos a cambiarlas por nuestra seguridad. Si te cuesta crear una robusta, siempre puedes usar un generador de contraseñas.
Si nos centramos en las claves exclusivamente numéricas, a la sempiterna sucesión de números naturales ordenados y cortados a conveniencia repasado anteriormente se unen otras como '000000' o '123123'. Pero hemos dicho a escala mundial, porque en Asia es otra historia.
Si nos centramos en el WiFi (que recordemos, admite como mínimo ocho caracteres), también vas a encontrar el típico '123456789', pero aparecen otras como '88888888', '11111111', '68686868' o '66668888'. No solo no es casual sino que tiene todo el sentido del mundo. Algo tan cultural como las supersticiones se abren paso entre las contraseñas más usadas.