Es habitual ver cómo las autoridades recurren a datos como la localización de un teléfono móvil a una determinada hora para resolver un crimen (por ejemplo, en nuestro país fue una de las pruebas utilizadas para condenar a José Bretón). ¿Por qué? Sencillo: porque es algo que siempre solemos llevar con nosotros y, además, con la ayuda de los operadores es muy sencillo de localizar.
Además del teléfono, están surgiendo otros dispositivos que llevamos con nosotros todo el rato. Sí, estamos hablando de los wearables: pulseras, relojes y otros aparatos que monitorizan nuestra actividad en todo momento y, en ocasiones, también nuestra posición. Pero ¿pueden usarse esos datos para probar algo en un juicio? Desde Xataka hemos hablado con dos abogados especialistas en nuevas tecnologías, Sergio Carrasco (@sergiocm, cofundador de Derecho en Red) y José Leandro Núñez García (@leoplus, socio de Audens), que nos ayudan a saber en qué punto nos encontramos.
LEER MAS: http://www.xataka.com/accesorios/el-wearable-que-delato-al-asesino