La explosión de las nuevas tecnologías ha convertido el Sónar en algo más que un simple festival de música. La nueva edición, que abrió el jueves sus puertas con la actuación estelar de Pet Shop Boys, ha reunido a los mejores desarrolladores informáticos (hackers) del mundo para crear aplicaciones musicales durante 24 horas.
El nuevo espacio Sónar+D —el lugar destinado a las nuevas tecnologías— es una isla paradisiaca para los enfermos de la innovación. Desde el pasado jueves, cien de los mejores desarrolladores del mundo han estado encerrados en una sala diáfana para crear, en tan sólo 24 horas, aplicaciones musicales para todo tipo de dispositivos.
La cuarta edición del Music Hack Day, que por primera vez está abierto al público en general, ha reunido a esto "adictos" de los teclados que, entre jueves y viernes, han trabajado sin descanso para idear aplicaciones musicales que interactúen con las distintas señales que genera el cuerpo humano.
El café y las bebidas energéticas han sido una constante entre los participantes, que han aprovechado los últimos dispositivos de la neurociencia para diseñar los programas que, según los expertos, marcarán tendencia en un futuro no muy lejano.
Uno de los experimentos más destacados es el de Tamar y Asaf, dos científicos israelíes que han ideado un robot que crea música a través de unos tambores que se activan según la actividad cerebral y el ritmo cardíaco de una persona, todo ello gracias a unos sensores neurosensoriales.
Oskar, un informático holandés, también se ha animado a utilizar un captador de sensores cerebrales y cardíacos para reconocer el estado emocional de una persona y proponer una sesión musical que se adecúe al humor del usuario. Así, si los sensores perciben estrés debido a una complicada jornada laboral, la aplicación hará sonar música relajante; mientras que si captan que el usuario tiene energía para pasarlo bien, la sesión será más movida.
Cócteles según el talento musical
Una de las aplicaciones más extravagantes es la de Robert, un pintoresco informático alemán que ha ideado una máquina que hace cócteles más o menos buenos según el talento musical del usuario. La idea es similar a la de un karaoke: si las cuerdas vocales del aficionado se aproxima al tono de la estrella de rock de turno, la maquina elaborará un delicioso cóctel. Por contra, si el usuario desafina, la mezcla será explosiva para el estómago.
"Es increíble lo que pueden llegar a hacer en 24 horas. La lástima es que de todas estas innovaciones, muy pocas ven la luz", explica Xavier Serra, profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y uno de los padres del evento.
Por ello, la Mobile World Capital de Barcelona ha colaborado con este proyecto para intentar que, en el futuro, algunas de estas ideas tengan una salida comercial.
"Lo que queremos es que las grandes empresas del sector de las nuevas tecnologías se fijen en el talento que se genera en el Music Hack Day, argumenta Aleix Valls, uno de los responsables del Mobile World Capital.
Durante los tres días que dura el festival, algunas de las compañías más importantes de las industrias creativas mostrarán sus novedades, como el Two Way View, un dispositivo capaz conectar mediante "telepresancia" a dos personas que se encuentran a miles de kilómetros.
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