"Hace aproximadamente un año, que los fabricantes de hardware decidieron, que los NetBooks debían morir. Como casi siempre, los departamentos de marketing de estas grandes empresas viven en su mundo de modas y de encuestas y no ven la calle ni conocen a sus clientes"
La muerte del netbook no fue un capricho de las marcas de informática. La categoría era un error monumental en muchos niveles, aunque es algo que cuesta entender desde el punto de vista del consumidor. Nosotros, después de todo, sólo veíamos un producto a un precio bastante bajo. Fantástico, ¡a la saca!.
Pero para los fabricantes los problemas se amontonaban: los márgenes de beneficio eran casi nulos en un producto que debía moverse en volúmenes grandes, las quejas eran continuas porque no tenían la potencia necesaria para muchas de las tareas habituales (por cada comprador que sabía lo que compraba, diez pensaban que se llevaban a casa un portátil completo muy barato), las devoluciones en grandes superficies empezaban a ser un problema. Para los desarrolladores de software y sistemas operativos, las máquinas forzaban un nuevo mínimo común denominador de muy escasas prestaciones, lastrando el desarrollo o al menos complicándolo.
Además de una guerra de precios entre las diferentes marcas estaba la competencia que estos dispositivos generaban dentro del propio catálogo de cada compañía. Resultaba difícil vender un ordenador de 700 euros junto a otro de 349, a pesar de que el precio estuviera justificado en ambos casos. Y reza por que te compraran el de 700 euros. Si compraban el netbook tenías que dar el mismo nivel de soporte y mantenimiento a una máquina a la que apenas habías rascado unos pocos euros de beneficio. Aunque cueste creerlo, nadie está en este negocio por caridad.
La tableta fue la excusa perfecta para matar la categoría, pero es sólo eso, una excusa. La sentencia de muerte estaba ya firmada a mediados de 2009. Lo único que podía salvar al netbook era mantener prestaciones esperando que los componentes bajasen de precio y mejorar así un poco los márgenes de beneficio.
Pero el iPad y la sucesiva oleada de tabletas Android acabó con parte del mercado, ese que compraba un netbook sólo para navegar por la red y mirar el correo electrónico. Aún quedan casos de uso casos de uso legítimos y usuarios a los que les convendría un netbook pero el mercado es tan pequeño que no tiene sentido alguno perseguirlo.
En cierto modo el Chromebook de Google es el heredero del netbook, ese portátil barato y ligero pensado para navegar por la red, pero para muchos usuarios está demasiado atado a los servicios de Google y la filosofía de uso es diferente a la de un PC con Windows o Linux. La única alternativa es buscar portátiles baratos (los hay por menos de 400 euros), pero suelen ser más grandes y pesados que los netbooks.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/el-gadgetoblog/2013/11/08/el-lamento-del-netbook.html