El espionaje de ciudadanos por parte de los servicios especiales revelado hace unos meses por Edward Snowden podría convertirse en la norma en un futuro próximo, incluso ya durante los próximos diez años.
No es el guión de una película fantástica, sino la visión de un futuro en que la tecnología estará mucho más integrada a las vidas humanas que ahora. Ha sido presentada por Eric Schmidt y Jared Cohen, que han intentado reflexionar sobre cuál será el alcance del progreso tecnológico en su libro 'La nueva era digital. Reorganizando el futuro de las personas, los países y los negocios' ('The New Digital Age: Reshaping the Future of People, Nations and Business').
Los conocimientos que Schmidt y Cohen tienen sobre la cuestión provienen de su experiencia profesional, ya que ambos son empleados de Google. Schmidt fue el director ejecutivo de la compañía hasta el 2012, y ahora es presidente de la junta directiva. Cohen es el director de Google Ideas, un comité interno de la empresa en el que su tarea consiste en pensar y desarrollar escenarios políticos y empresariales.
"En el futuro, nuestras identidades cotidianas se verán cada vez más definidas por nuestra actividades y relaciones virtuales", dice el libro.
Según los autores del libro, la cantidad de ciudadanos virtuales superará la población de la Tierra, algo que les creará un problema a muchos Gobiernos mundiales. La existencia de un gran número de ciudadanos anónimos incontrolados representaría un riesgo para los Gobiernos, por lo que probablemente querrán averiguar quién se esconde detrás de cada cuenta, predicen los autores. De este modo el espionaje contra los ciudadanos llegará a ser legal. Según ellos, es posible que los Gobiernos exijan una verificación a nivel estatal, para aumentar de este modo el control sobre el espacio virtual.
Un futuro lleno de personas virtuales puede ser peligroso. Y el principal peligro para los ciudadanos es el de perder el control sobre la información privada. Ante esta perspectiva los expertos predicen que "florecerán los negocios dedicados a la protección de datos personales".
Además, según los empleados de Google "las personas virtuales serán tan valiosas que se podrán comprar sus cuentas en un mercado negro". Las cuentas se venderán con toda la información necesaria, sus contraseñas, amigos ficticios, etc. Mucha gente podría estar interesada en comprar estas cuentas, desde criminales hasta disidentes.
El libro, publicado en abril de 2013, fue blanco de las críticas del fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Según Assange, Google lo que quiere es ser uña y carne con el Gobierno de EE.UU.; por si eso fuera poco, también desea diseñar y modelar el estilo de vida del futuro, haciendo que todo se vea "más progresista y más 'cool'". Julian Assange cree que los autores simplemente "no son capaces de ver el monstruo de centralización de datos que están construyendo".
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