Dice Ignacio Pérez Dolset, presidente de la asociación de productores y desarrolladores de videojuegos españoles, que la industria "vive un momento dulce". Según sus previsiones, la facturación del sector crecerá un 130% en los próximos tres años hasta los 723 millones de euros. Una estimación optimista —actualmente están en 313 millones— que contrasta con la situación que viven los consumidores, que pagan los videojuegos hasta un 35% más caros que la media internacional.
Teknautas ha tenido acceso al histórico de datos de Otogami, una startup que se dedica a recopilar y actualizar los precios de las principales tiendas de videojuegos online. Con más de 20 millones de registros y 2.700 juegos activos, la realidad empírica demuestra que en España pagamos los juegos más caros que nadie en nuestro entorno.
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