Se desconoce si las armas tuvieran algo que ver en la matanza de Newtown, pero parece que los videojuegos sí. Sería la conclusión tras ver las prisas que se ha dado el Senado norteamericano con una iniciativa dirigida a examinar la influencia de los juegos violentos, antes que cualquier movimiento por controlar la venta de armas.
El miércoles el senador demócrata Jay Rockefeller pidió a la Academia Nacional de las Ciencias un examen sobre videojuegos violentos y programas que podrían fomentar la agresividad de los menores. También pide a la Comisión Federal de Comercio (FTC) y a la FCC estudios en el mismo sentido. La iniciativa ha sido aplaudida por la organización Common Sense Media (CSM), dedicada a mejorar la educación infantil.
“Recientes decisiones judiciales demuestran que alguna gente aún no lo ha entendido", ha dicho el senador. "Ellos creen que los videojuegos violentos no son más peligrosos para la mente de los niños que la literatura clásica. Padres, pediatras y psicólogos lo tienen más claro".
Entre los cinco videojuegos más vendidos en Amazon, cuatro son violentos, entre ellos Halo 4, Assasin's Creed y Call of Duty.
"Sabemos que los juegos ultraviolentos y otras formas de violencia de los medios contribuyen en gran parte a la cultura de violencia en la sociedad norteamericana", ha declarado James Seyer, portavoz de CSM, que respaldó en California una iniciativa para limitar juegos de este tipo, pero que después fue eliminada por sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos con el argumento de la primera enmienda de la Constitución sobre protección a la libertad de expresión.
La Asociación del Videojuego, la Entertainment Software Association, tras dar el pésame a las víctimas de Newtown, ha recordado que todos los estudios realizados sobre el juego electrónico han demostrado que no tiene relación con la violencia real.
Según el diario británico The Sun, el autor de la matanza de Newtown, Adam Lanza, se pasaba cuatro horas diarias jugando a Call of Duty y leyendo temas de armamento.
La iniciativa del senador demócrata coincidió con el anuncio del Gobierno federal, en la misma comisión, de actualizar y aumentar la protección a la privacidad de los niños en Internet. Se restringirá la recogida de datos, como la ubicación física del niño, a menos que se dé el consentimiento de los padres.
La restricción llega dos días después de que Instagram cambiara sus Términos de Uso con el fin de poder comercializar todos los contenidos de los usuarios, aunque un día después anunciara que iba a dar marcha atrás pues todo había sido un malentendido de lenguaje jurídico.
Las acciones de la Comisión Federal de Comercio marcan una actualización de las normas que se basan en la Ley de 1998 Protección de la Privacidad de Niños Online (COPPA, en inglés). Esta se desarrolló cuando la conexión a Internet se realizaba mediante ordenadores y no como en la actualidad que principalmente, en los jóvenes, se hace desde sus smartphones.
Bajo el dominio actualizado, las direcciones IP, que son únicas para cada equipo, se añadirán a la lista de información personal que no se pueden recoger de los niños sin consentimiento de los padres, en el caso de que esos datos sean utilizados para la publicidad o de seguimiento. Además de la ubicación, las fotos, los vídeos y los archivos de audio también quedarán protegidos por la norma, aunque solo los de menores de 13 años, los niños, pues a partir de esa edad ya se les considera teens, jóvenes o adolescentes.
La novedad ha soliviantado a los anunciantes, que argumentan que un mismo equipo puede ser usado por varias personas, pero el argumento cayó ante el de más peso de proteger al más débil de ese grupo de usuarios.
A partir de la entrada en vigor, plug-ins, cookies y otras terceras partes conectadas a los sitios web y aplicaciones no podrán recoger información de niños sin el consentimiento de los padres. La cuestión de siempre en Interne: ¿Cómo se autentifica que los padres han dado permiso?
FUENTE :http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2012/12/20/actualidad/1355995254_118275.html