Allá por 2005, Safari, el navegador nativo de Apple, incorporó una innovadora característica: la navegación privada. Se trata de una modalidad que no deja rastro de las páginas que se visitan ni almacena las siempre sospechosas 'cookies'. Y, aunque en primera instancia pasó sin pena ni gloria para los usuarios, no fue así con sus competidores. Google sería el primero en adherirlo a Chrome en 2008, y un año después, Microsoft y Mozilla lanzarían nuevas versiones de sus navegadores con capacidades de privacidad.
Las combinaciones de teclas para abrir una pestaña en modo incógnito son: Control + Mayúsculas + N para Chrome; Control + Mayúsculas + P para Explorer/Firefox y Comando + Mayúsculas + P para Safari bajo entorno OSX.
Pese a abrir un abanico de nuevas posibilidades, la navegación privada sólo es explotada a conciencia por una minoría, mientras que para el común de los usuarios representa poco más que una forma segura de ver pornografía -se le conoce como el 'modo porno'- y/o contenidos ilegales. Cabe recordar al respecto que este tipo de navegación no esconde la dirección IP del usuario ni proporciona un anonimato real ante la comisión de un delito.
Teknautas ha recopilado las cinco principales ventajas de este modo complementario de transitar la web al habitual y que suele convencer a los que lo prueban.
1. Abrir sesiones paralelas
La navegación privada permite mantener sesiones abiertas de forma paralela en una misma aplicación. Un buen ejemplo es el entorno laboral. Cada día son más los directores técnicos que optan por Gmail para organizar el correo electrónico corporativo, lo que impide que el trabajador consulte su correo personal de Google de modo sencillo. Antes la única solución pasaba por cerrar una sesión y abrir otra, o bien lanzar otro navegador.
Gracias al modo privado es posible alternar entre cuentas con solo un 'click', abriendo una en el navegador 'normal' y otra en incógnito. Esta ventaja se extiende a otras aplicaciones como Facebook, Twitter o cualquier medio de comunicación que precise de registro.
2. Visitar páginas que generan poca confianza
Internet está lleno de contenido malicioso. Las páginas para descargar películas, las de contactos o las dedicadas a temas que captan el interés de los adolescentes contienen en ocasiones 'malware' que se instala en el equipo por medio de las 'cookies'. Visitando estas webs en modo privado se evita esta amenaza, y además puede ser muy útil para comprar en sitios como Amazon, que archiva los productos que el usuario ve para guiar las búsquedas.
3. Seguridad en ordenadores compartidos
Seguro que alguna vez ha reparado en que la barra de direcciones del navegador intenta adivinar lo que usted quiere escribir. Esto también sucede con los formularios del banco, las compras 'online' o a la hora de introducir el DNI para realizar una gestión. Son características pensadas para facilitar el día a día del usuario, pero se tornan en 'handicap' cuando de máquinas compartidas se trata.
Imagine que, por falta de puestos, otro trabajador ocupa su ordenador en su día libre. Pese a que no fisgue en sus documentos, no le será difícil obtener datos de su tarjeta de crédito -si pagó algo por internet- o de las páginas que ha visitado. Ahora imagine que esa persona no es un compañero sino alguien con intenciones más aviesas. Para conjurar la amenaza, navegación de incógnito de nuevo.
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4. Buscar 'fuera de la burbuja'
Como sabe, no existe la búsqueda objetiva en Google. El sistema, máxime si está 'logueado' en Gmail o Google+, maneja datos de sus preferencias e historial para ofrecerle una lista de resultados personal e intransferible. El objetivo es mostrar las páginas que a usted más puedan gustarle, si bien crea una burbuja de la que no se puede salir, como mucho ampliarla. La única salida es buscar a través del modo privado: de esa manera el buscador no sabrá nada de usted y arrojará los resultados más orgánicos de los posibles.
5. Navegación anónima
En ocasiones hay contenidos que no quiere que se sepa que ha visitado. El caso más popular, como hemos mencionado, es el de la pornografía, pero existen otras situaciones como buscar síntomas de una enfermedad, revisiones de perfil en LinkedIn o simples conversaciones que es mejor dejar en el anonimato. También evita que los 'sites' recuerden contraseñas.
Por último hay otra opción interesante para aquellos acostumbrados a instalar extensiones en el navegador. Algunas como la célebre AdBlock Plus, que sirve para ocultar la publicidad, también modifica el aspecto original de la web. El tiempo tiende a acumular estas extensiones ralentizando la carga de webs y ofreciendo una imagen distorsionada de las páginas, algo que se puede corregir con el modo incógnito, cuyo arranque 'limpio' le permitirá alternar entre una y otra versión de internet.
FUENTE :http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2013/03/27/cinco-ventajas-de-la-navegacion-privada-y-ninguna-es-la-que-usted-piensa-4565/