El pasado 2012 se detectaron más de 3.000 nuevos programas maliciosos al mes, de los cuales casi el 99% estuvieron dirigidos a la plataforma Android. De los 6.000 virus que se conocían en enero para el sistema operativo de Google, a final de año se superó de largo la asombrosa cantidad de 40.000. Sin embargo, a pesar de la creciente amenaza, según un informe de SpamFighter, más de la mitad de los usuarios de smartphones y tabletas no ha instalado nunca un antivirus en sus dispositivos.
Actualmente, la mayoría de malware procede de SMS, programas publicitarios y, sobre todo, de la descarga de aplicaciones. La tienda de Google Play ostenta el título de ser la que más alberga. El último trimestre del año pasado terminó con 20.000 apps diseñadas para infectar a sus usuarios. 10.000 fueron creadas durante el último mes y 17 de ellas lograron llegar al cliente final, siendo descargadas aproximadamente 700.000 veces en total. Los de Cupertino tampoco se libran, y han anunciado en alguna ocasión que se han colado algunas aplicaciones "defectuosas" en su tienda virtual.
Las consecuencias de que a un usuario le pirateen su teléfono van desde que puedan espiarlo, robarle información o acceder a su agenda de contactos, por poner sólo algunos ejemplos. Sin ir más lejos, en Google se pueden encontrar herramientas como Mobile Spy, Spyera Gold o Flexispy para espiar a alguien. Esta última, sin ir más lejos, se vende como la herramienta definitiva para las personas que sospechan de sus parejas.
En Teknautas hemos hablado con algunos expertos en seguridad, que nos han enunciado una serie de síntomas que podrían significar que nuestro smartphone ha sido hackeado. Para saberlo con certeza, lo mejor es acudir a un profesional o descargarse alguna aplicación antivirus. En internet hay algunas gratuitas o de prueba muy útiles para analizar nuestro terminal. Eset, Avira y Kaspersky tienen aplicaciones de prueba gratuitas con las que pueden comprobar el estado de sus teléfonos, pero hay muchas más.
Factura más abultada de lo habitual
Uno de los indicios más claros de que el teléfono ha podido ser hackeado. Si el usuario descubre que su factura se dispara por los aires y no reconoce muchos de los números o sospecha que no se corresponden con ninguno de los contactos de su agenda, podría significar que algún troyano estuviese enviando SMS o haciendo llamadas a teléfonos monitorizados.
Según Vicente Díaz, analista senior de malware de Kaspersky Lab, "en la mayoría de ocasiones estos ataques proceden de las aplicaciones compradas en las tiendas online. Los ataques van evolucionando y no tienen un comportamiento constante, por lo que es difícil identificarlos".
Incremento del uso de datos
Sorin Mustaca, experto en seguridad IT de Avira, ha explicado a Teknautas que "el malware normalmente envía información a los cibercriminales, lo que implica un aumento en el uso de datos. Si su proveedor le ha rebajado la velocidad de transmisión es porque está consumiendo mucho. Y esto puede ser a causa de un virus que esté realizando comunicaciones sin su conocimiento".
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Algo con lo que se muestra de acuerdo Fernando de la Cuadra, director de Educación de Eset España, aunque sólo en parte: "Actualmente, lo que buscan la mayoría de códigos maliciosos es el robo de una contraseña o algún dato en particular. Es cierto que consumen datos, pero en cuanto han conseguido esa información y la mandan, dejan de hacerlo. No es un síntoma tan fácilmente observable".
Las llamadas se cortan o los SMS no llegan
Aunque parezca que hay máxima cobertura, a veces las funciones más básicas del teléfono no funcionan con fiabilidad. Esto se debe a que el malware intenta interceptar llamadas e, incluso, derivarlas hacia otros números de alta tarificación o a través de proxies.
"Hay códigos maliciosos que roban SMS como, por ejemplo, los recibidos de confirmación por un banco. En el caso de las llamadas es menos habitual, pero también es una pista más que puede alertar al usuario de un posible virus. Se puede dar si el usuario tiene un programa espía o cualquier otro que intenta realizar llamadas y coincida con el momento en el que también las haga", ha explicado Vicente Díaz.
El malware no sólo puede provocar cortes de llamadas o intercepción de SMS, también puede originar un peor rendimiento del smartphone o que las aplicaciones tarden mucho en funcionar.
La batería se agota de forma inexplicable
También puede ser un indicio que la batería se acabe antes de lo normal sin apenas utilizar el móvil. En este caso, también es posible que haya algún programa que esté alojado en la memoria activa y que esté ejecutando varias aplicaciones al mismo tiempo.
Según ha explicado Fernando de la Cuadra: "Para poder ejecutar cualquier tipo de programa tienes que alimentar el procesador. Si lo dejas en reposo, cae a niveles ínfimos y la batería aguanta más. Si tienes un programa constantemente funcionando como un GPS o un troyano que necesite alimentarse constantemente de la batería, obviamente la consumirá".
Las apps se mueren de forma inesperada
Si una aplicación que siempre ha funcionado sin problemas y que no se ha actualizado se cierra con frecuencia, puede ser un síntoma de que hay algo que está interfiriendo su funcionalidad. Cuando esto sucede, el usuario tiene que comprobar que no sea a causa de que su terminal no disponga de más recursos (como por ejemplo, algunas versiones viejas de Android), o que sea por culpa de la propia aplicación.
"Los troyanos o código malicioso van a intentar apoderarse de determinadas aplicaciones del teléfono. Si alguna app intenta hacerse con esa misma función, se la va a quitar de en medio. Por ejemplo, si el código malicioso utiliza el servicio de mensajería cerrará otras similares que le perturben", ha concluido Fernando de la Cuadra.
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