Liposucciones por 69 euros, sesiones de acupuntura por 49, copiosos menús con filetones de lujo por 20... Todos estos supuestos chollos han proliferado durante la crisis en páginas de descuentos como Groupon, Atrapalo, Groupalia, LetsBonus, Offerum, El Grupazo o Colectivia. Para apuntarse, solo hay que inscribirse en sus webs y, tras recibir el cupón elegido vía correo electrónico, ir con el cupón impreso al local elegido. Esas ofertas han permitido que una clase media empobrecida siga permitiéndose ciertos lujos y también han dado publicidad a muchos locales y empresas pequeñas con poca o nula visibilidad en Internet.
Pero tras el enamoramiento sufrido por muchos clientes hacia este fenómeno de los descuentos, han llegado las decepciones. Las gangas no siempre lo eran y las quejas se han multiplicado. La asociación de consumidores OCU explica la causa de muchas de las reclamaciones que reciben habitualmente: “Por una pobre ejecución del servicio contratado, porque la empresa había cerrado cuando intentaron reservar, porque se niegan a prestar el servicio o porque no quieren ofrecerlo en una fecha determinada”.
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